Entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre una misión internacional de verificación del acuerdo de paz en Colombia viajó al país latinoamericano para comprobar de primera mano los avances y dificultades que experimenta la implementación de los acuerdos de paz aprobados hace un año en el territorio.
La expedición, organizada por la Fundación Mundubat, las Brigadas Internacionales de Paz y la Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia (Oidhaco), estuvo formada por diez integrantes de varias instituciones y entidades, entre los cuales Xavier Masllorens, presidente del ICIP. La comitiva visitó las ciudades de Bogotá, Tumaco, Buenaventura, Quibdó y las comunidades del Urabá y se reunió con plataformas por los derechos humanos, organizaciones de mujeres, autoridades colombianas, grupos de excombatientes de las FARC y representantes de las organizaciones nacidas del acuerdo de paz.
Según el informe preliminar, la misión pudo constatar que la paz no ha llegado a todo el territorio. Algunas zonas abandonadas por las FARC han sido ocupadas por otros actores paramilitares, de la guerrilla del ELN y del crimen organizado. Las comunidades denuncian las amenazas que reciben los defensores de los derechos humanos y los líderes comunitarios, el aumento de agresiones y asesinatos, el reclutamiento forzoso y la persistencia de la violencia sexual. El miedo sigue siendo una constante en algunas zonas y es evidente la necesidad de más presencia y acción de las autoridades, sobre todo civiles.
Por otra parte, la violencia derivada del conflicto armado ha disminuido, y la misión destaca que el compromiso de las FARC con la paz continúa intacto a pesar de la dificultad de la reincorporación colectiva de sus miembros.
Después del trabajo sobre el terreno, la misión internacional de verificación hace un llamamiento, principalmente al Estado colombiano, para que se acelere la aplicación del acuerdo de paz y se cumplan de manera rigurosa. El presidente del ICIP lamenta que «lo más grave es que no hay indicios de que el Estado quiera cumplir algunos compromisos, y otros se están desnaturalizando para salvaguardar al ejército y los grupos paramilitares de cualquier juicio futuro. No hay, por su parte, ningún reconocimiento de culpa ni propuestas de cambio». Los observadores destacan la necesidad de trabajar para la estabilidad del proceso a través de mecanismos de construcción de paz que hagan llegar los programas a todos los rincones del país para avanzar en una transformación efectiva hacia una paz duradera y estable.

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