El diálogo La construcción de la memoria, con los periodistas Martxelo Otamendi y Gorka Landaburu, ha cerrado este martes 22 de noviembre el ciclo País Vasco: 5 años sin la violencia de ETA, organizado por el ICIP con la colaboración de la productora audiovisual Clack, con el objetivo de reflexionar sobre la situación política y social que vive el País Vasco desde que ETA anunció el cese de la actividad armada, en otoño del 2011.
El diálogo ha contrapuesto las visiones de «dos víctimas de diferentes victimarios», en palabras del periodista y escritor Antoni Batista, moderador del acto: por una parte, Gorka Landaburu, periodista de la revista Cambio16, víctima de un atentado de ETA en 2001 que le causó heridas graves; y por otra parte, Martxelo Otamendi, actual director del diario Berria, detenido en 2003 en el marco de la operación Egunkaria, acusado de integración en organización terrorista, que denunció haber sufrido torturas. Ahora, cuando se cumplen 5 años sin la violencia de ETA, los dos coinciden que el proceso de paz avanza muy lentamente, es «desesperadamente lente», afirma Landaburu. Y explica: «En estos cinco años sin violencia muchos hemos reencontrado la libertad, se nota en la calle que ETA no está, han desaparecido las amenazas, las presiones y las miradas de odio, pero queda mucho camino porque las heridas son profundas». También Otamendi coincide en que es un proceso que va por largo: «Hace cinco años nadie pensaba que a estas alturas no se habría cumplido el desarme de ETA ni el tema de los presos», y se muestra pesimista sobre el futuro: «En Euskadi no habrá un relato oficial acordado por todas las partes, en que todas las partes asuman su responsabilidad».
Reflexión y autocrítica
Los dos periodistas reconocen que en el País Vasco ha habido muchas violencias (ETA, los GAL, la Triple A…) y reivindican que todas las partes tienen que hacer autocrítica (ETA, la izquierda abertzale, los partidos políticos, las instituciones) y que hay que trabajar por conseguir una buena convivencia. En estos términos, el mismo Otamendi ha aprovechado el acto -donde ha asistido la hija de Ernest Lluch, Rosa Lluch- para hacer una disculpa pública: «Ernest Lluch era colaborador de Egunkaria -diario que dirigía Otamendi- y después de su asesinato no tuve el valor de llamar a la familia. Todos hemos hecho cosas mal». Unas palabras que más tarde agradeció también públicamente la hija de Ernest Lluch.
Durante el diálogo también se ha puesto sobre la mesa el papel de los medios de comunicación en el conflicto vasco y en este sentido también ha habido espacio para la autocrítica: «Los medios han atendido cada uno a su parroquia», reconoce Otamendi, mientras que Landaburu denuncia que hay medios de comunicación que han utilizado el conflicto por intereses personales y políticos.
Como retos pendientes, los dos periodistas reclaman que se explique bien el conflicto vasco, «qué ha pasado y cómo se ha llegado hasta aquí», en las escuelas especialmente, para poder avanzar hacia una paz activa, basada en el respeto y la convivencia. Y tener muy presente que no hay una verdad absoluta, sino una suma de múltiples verdades.

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