Diálogo social y político
Los conflictos forman parte de la naturaleza humana. Cuando se gestionan de forma constructiva contribuyen al progreso social. Si no son reconocidos y tratados a tiempo, pueden afectar a la convivencia social y, en casos extremos, escalar hacia un escenario de violencia.
Cuando un sector de la población niega la legitimidad y propugna la eliminación del pensamiento democrático divergente, la polarización se vuelve tóxica: una dinámica destructiva que afecta también a las democracias consolidadas.
Esta línea de trabajo ofrece herramientas de análisis, gestión y transformación de conflictos, con especial énfasis en el caso de Cataluña.
La principal herramienta para prevenir o reconducir conflictos es el diálogo. El diálogo político a nivel institucional, así como el diálogo social, en todas las esferas de la sociedad.
No siempre se dan las condiciones necesarias para un diálogo, pero siempre podemos contribuir a propiciarlas. Apostar por el diálogo requiere aquello que hemos denominado “elementos para el CUIDADO» (en catalán, CURA):
– Curiosidad por entender las razones de quién piensa de manera diferente.
– Respeto a todas las personas, independientemente de sus posiciones.
– Autocrítica, porque nadie tiene la verdad absoluta.