El pasado 27 de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución a favor de abrir negociaciones para confeccionar un tratado de prohibición del armamento nuclear. El texto se aprobó con los votos favorables de 123 Estados, 38 votos en contra y 16 abstenciones.
Se trata, sin duda, de un paso muy significativo, ya que la resolución reconoce el impacto humanitario que tienen las armas nucleares y el riesgo que suponen para la población. La comunidad internacional dispone de pruebas suficientes sobre los efectos irreversibles, perdurables en el tiempo, de las armas nucleares y numerosas organizaciones de la sociedad civil, agrupadas en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, han luchado desde hace décadas por conseguir la abolición de este tipo de armamento. A pesar de eso, en los últimos años se ha pasado de 5 a 8 los países que disponen de armas nucleares y los estados más industrializados del mundo, entre los cuales Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, el Canadá, Japón y la gran mayoría de integrantes de la Unión Europea, han votado en contra de esta resolución.
El camino que se inicia a partir de ahora será largo y no libre de obstáculos; en 2017 Naciones Unidas celebrará las primeras conferencias de negociación, con el objetivo de tener un “instrumento legalmente vinculando para prohibir las armas nucleares, que avance hacia su total eliminación”. Desde el ICIP nos felicitamos del resultado de la última votación y confiamos en que el camino que se abre a partir de ahora sea un camino sin retorno.

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