Diásporas constructoras de paz

Integrar la diáspora en la construcción de paz a través de políticas públicas

El concepto de participación de la diáspora en la reforma política, la construcción de paz y la reconciliación es un fenómeno dinámico y polifacético al que se presta más atención en los últimos años. Las diásporas, caracterizadas por sus vínculos transnacionales, tienen un capital político significativo que puede aprovecharse para lograr el cambio positivo tanto en sus países de acogida como en los de origen. En lugar de considerar las diásporas como amenazas, reconocer su potencial para contribuir activamente a las iniciativas de paz y desarrollo es esencial para aprovechar sus recursos y perspectivas únicos.

Las diásporas son contribuyentes fundamentales para sus países de origen, no solo en términos de apoyo financiero, sino también a través del compromiso político y social. Su implicación en actividades de desarrollo y de respuesta humanitaria se ha documentado ampliamente[1], lo que demuestra su creciente impacto global. La emergencia del nexo acción humanitaria-desarrollo-paz destaca la naturaleza interconectada de la ayuda humanitaria, los programas de desarrollo y las iniciativas de construcción de paz. Así se resalta la necesidad de aplicar enfoques coherentes que hagan frente a la vulnerabilidad durante las crisis y con posterioridad a éstas. Mientras que en los últimos años la función de la diáspora como actor humanitario ha obtenido reconocimiento, todavía hay que explorar en mayor profundidad sus aportaciones a la construcción de paz y los esfuerzos en la reconstrucción.

La diáspora puede ejercer distintas funciones, tanto en el país de acogida como en el de origen. Comprender la heterogeneidad dentro de las comunidades de la diáspora y entre ellas, así como las dinámicas generacionales del activismo de la diáspora, resulta crucial para evaluar su impacto de forma integral. Además, factores como el acceso a derechos políticos, el grado de integración y el reconocimiento de su potencial afectan a su capacidad de influencia en los mecanismos de creación de políticas y los procesos de paz.

En lugar de ver las diásporas como amenazas, reconocer su potencial para contribuir activamente a las iniciativas de paz y desarrollo es esencial para aprovechar sus recursos y perspectivas únicos

Para aprovechar de manera efectiva el potencial de las diásporas en la construcción de paz y la reconciliación, deben establecerse marcos que faciliten su participación positiva. Para ello, resulta esencial afrontar desafíos como la inclusividad dentro de las comunidades de la diáspora y mantener la neutralidad. En este sentido, por neutralidad se entiende la necesidad de encontrar un punto de encuentro y evitar conflictos internos dentro de la comunidad de la diáspora. Se trata de crear un espacio en el que todo el mundo sienta que su participación es bienvenida, independientemente de sus tendencias u opiniones políticas sobre un asunto polémico concreto. Esto se puede lograr, por ejemplo, si se evita totalmente implicarse en la política del lugar de origen o si se promueven debates abiertos sobre distintos asuntos manteniendo un entorno respetuoso en el que las personas puedan mostrar su desacuerdo sin recurrir a la hostilidad.

Con la creación de entornos de colaboración y marcos políticos globales, las diásporas pueden empoderarse para fomentar la participación en los procesos de desarrollo y, en última instancia, contribuir a la paz sostenible y a la prosperidad de forma global. En este artículo examinaremos qué marcos políticos e iniciativas ya existen para respaldar la participación de la diáspora y la construcción de paz y haremos recomendaciones para salvar las brechas existentes.

Marco político para la participación de la diáspora en la construcción de paz

La función de las comunidades de la diáspora en los esfuerzos de construcción de paz ha sido reconocida en distintos ámbitos de la elaboración de políticas, desde en iniciativas globales hasta locales. Dado que el mundo se enfrenta a desafíos complejos relacionados con los conflictos y el desarrollo sostenible, aprovechar el potencial de las diásporas se ha convertido en una estrategia crucial para fomentar la paz, la resiliencia y el desarrollo inclusivo. Los marcos políticos empiezan a reconocer el potencial de las diásporas en las acciones de construcción de paz. Este apartado analiza los marcos políticos en evolución en el ámbito internacional, de la Unión Europea (UE) y regional, remarcando la importancia de reconocer e implicar a las comunidades de la diáspora en las iniciativas de construcción de paz.

A escala global, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que la ONU adoptó en 2015 supone un paso adelante considerable. Este marco destaca un enfoque holístico para terminar con la pobreza y hacer que el mundo avance de forma sostenible hacia la prosperidad, la paz y la justicia social. El ODS 16 se centra concretamente en lograr «paz, justicia e instituciones sólidas» y reconoce la función esencial de estos elementos para promover un futuro sostenible. Por desgracia, aunque el ODS 16 reconoce la interconexión entre la construcción de paz y el desarrollo sostenible, carece del reconocimiento explícito del potencial de la diáspora en estas iniciativas. Este reconocimiento sigue sin aparecer en la «Nueva Agenda para la Paz» de 2023. Paralelamente, el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular destaca la importancia de la participación de la diáspora para lograr un desarrollo sostenible y fomentar la paz.

El Objetivo 19 de la Agenda 2030 destaca la función que pueden tener las personas migrantes y en la diáspora en los procesos de paz y reconciliación de sus países de origen, especialmente las mujeres

El Objetivo 19 remarca la función que pueden tener los migrantes y la diáspora en los procesos de paz y reconciliación de sus países de origen, especialmente la de las mujeres en la construcción de paz. Exige políticas que permitan a las mujeres migrantes y de la diáspora participar plenamente en la sociedad, lo que incluye en la toma de decisiones políticas, la construcción de paz y el diálogo comunitario en los países de origen, tránsito y destino, y para la creación de espacios públicos seguros para ello. Este objetivo reconoce las amplias redes sociales y económicas de la diáspora que pueden aprovecharse para responder ante desastres, lo que facilita la canalización de recursos esenciales en tiempos de crisis. Asimismo, su conocimiento de la cultura del país de origen tiene un valor incalculable para desarrollar soluciones a largo plazo que vayan a las causas primarias del conflicto y promuevan una recuperación sostenible. Las diásporas también pueden promover el intercambio cultural y el entendimiento entre sus comunidades en el país de acogida y su país de origen; de este modo, ayudan a las generaciones jóvenes a redescubrir su historia desde una perspectiva distinta a la experiencia personal de sus padres (véase el ejemplo de Ruanda).

Dentro de la Unión Europea, el Nuevo Consenso Europeo sobre Desarrollo adoptado en 2017 refleja los temas clave de la Agenda 2030 y reconoce explícitamente la diáspora como actor principal en los procesos de desarrollo. Estructurado en torno a cinco ejes —personas, planeta, prosperidad, paz y colaboración— el consenso reconoce el capital diverso que aporta la diáspora. Este documento subraya la necesidad de colaborar y establecer asociaciones para aprovechar el potencial de la diáspora en el desarrollo sostenible, que por su propia naturaleza incluye iniciativas de construcción de paz.

De acuerdo con la Agenda 2030, la UE se ha comprometido a promover globalmente la paz, la prosperidad y la justica social. Asimismo, la UE destaca la función de las mujeres y las niñas como agentes clave del desarrollo y el cambio, poniendo de relieve sus aportaciones a la construcción de paz, la resolución de conflictos y la respuesta humanitaria.

Además, el Consejo de Europa resalta la importancia de la participación de la diáspora en la construcción de paz y los procesos de construcción del Estado. Los grupos de la diáspora gozan de reconocimiento como actores transnacionales que contribuyen a crear y reforzar la paz, el desarrollo, el comercio, los derechos humanos y los intercambios culturales. No obstante, a menudo se subestima o ignora el potencial de los miembros de la diáspora en los procesos de construcción del Estado, lo que conlleva una falta de recopilación sistemática de información y de evaluación de sus actividades. La Red Parlamentaria sobre Políticas de la Diáspora del Consejo de Europa recomienda medidas orientadas a reforzar el potencial de implicación de la diáspora en los procesos de construcción del Estado. Estas medidas incluyen la participación activa en la vida política, cultural y social, tanto en los países de acogida como en los de origen. Gracias al aumento de la implicación de la diáspora en la creación del Estado, los responsables políticos pueden aprovechar su experiencia y sus redes para fomentar la paz, la estabilidad y el desarrollo inclusivo.

El mundo se enfrenta a desafíos complejos relacionados con los conflictos y el desarrollo sostenible; aprovechar el potencial de las diásporas se ha convertido en una estrategia crucial para fomentar la paz, la resiliencia y el desarrollo inclusivo

Más allá de los ámbitos internacional y europeo, organizaciones regionales como el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Commonwealth, la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) también ha destacado la importancia de la participación de la diáspora en la construcción de paz y el desarrollo. Por ejemplo, el SICA promueve la integración regional para lograr la paz, la libertad, la democracia y el desarrollo en América Central. De manera similar, la Commonwealth tiene como objetivo promover el desarrollo, la democracia y la paz entre sus 54 estados miembros. La SADC se centra en el crecimiento económico sostenible, la buena gobernanza, y la paz y la seguridad duraderas entre sus quince estados miembros de África Austral.

La importancia de la integración y el acceso a los derechos políticos para los miembros de la diáspora

La integración y el acceso a los derechos políticos son aspectos fundamentales para fomentar sociedades inclusivas y garantizar la plena participación de los miembros de la diáspora en sus países de residencia, pero también en sus países de origen. Este apartado ahonda en esta cuestión y destaca marcos políticos e iniciativas orientados a facilitar su inclusión y participación.

El Plan de Acción sobre Integración e Inclusión 2021-2027 de la UE perfila un marco sólido para mejorar las políticas de integración en los estados miembros. Este plan quiere contribuir a una agenda de inclusión social más amplia, recurriendo a estrategias en educación, cultura, empleo, no discriminación e igualdad. Al trabajar estrechamente con estados miembros, autoridades locales, organizaciones de la sociedad civil y otros actores, la UE intenta reforzar las iniciativas de integración y promover la participación activa de los migrantes y la diáspora en la sociedad.

La UE pone de relieve la función que tienen organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas, empresas y otros actores para lograr políticas de integración globales. Crear asociaciones sólidas es crucial para mejorar el proceso de integración y la Unión Europea apoya activamente a la sociedad civil a través consultas periódicas y diálogo. Las mayores oportunidades de conseguir financiación de la UE en virtud del Marco Financiero Plurianual suponen un incentivo aún mayor para los estados miembros para implicar a distintos actores, incluyendo las organizaciones de la diáspora, en el diseño y la implementación de programas de integración.

El Objetivo 19 del Pacto Mundial para la Migración que se ha mencionado anteriormente también destaca la necesidad de facilitar la participación política y la implicación de la diáspora en sus países de origen y de residencia como una característica esencial para garantizar que se escuchan sus voces y que sus intereses están representados. Incluyendo la participación en procesos de paz y reconciliación, tomar parte en elecciones y contribuir a reformas políticas. Establecer registros de votantes para los ciudadanos en el extranjero y dar oportunidades para la representación parlamentaria son pasos cruciales para permitir que la diáspora ejerza sus derechos políticos de forma efectiva y contribuya a los procesos democráticos.

La integración y el acceso a los derechos políticos son aspectos fundamentales para fomentar sociedades inclusivas y garantizar la plena participación de los miembros de la diáspora en sus países de acogida y de origen

A pesar de que muchos países permiten el voto desde el extranjero y la doble ciudadanía, los países afectados por conflictos pueden ser más precavidos a la hora de otorgar estos derechos para evitar la «interferencia» de la diáspora en la política interna. Los desafíos que supone crear confianza tras décadas de guerras civiles y conflictos políticos, los trámites burocráticos y la resistencia al cambio (debido a la inflexibilidad o la capacidad limitada) a menudo han impedido seguir implementando iniciativas de participación. En Colombia, por ejemplo, la participación de la diáspora se enfrenta a desafíos que se derivan de décadas de conflicto y divisiones políticas. Pese a los esfuerzos para crear asociaciones y participar en la acción colectiva, los problemas de desconfianza y las dinámicas fragmentadas de la diáspora entorpecen la participación efectiva. Los trámites y los obstáculos burocráticos complican aún más las iniciativas de la diáspora, y ponen de relieve la necesidad de mecanismos racionalizados para facilitar la participación.

No obstante, sí que se dan estos intentos, y producen distintos niveles de logros. En el apartado siguiente veremos ejemplos concretos de iniciativas nacionales que se han implantado para intentar mejorar la participación política de la diáspora con el propósito de apoyar la construcción de paz.

Tendencias en países en conflicto y políticas nacionales

En la lucha por el desarrollo sostenible y la construcción de paz, los países que se enfrentan a situaciones de conflicto y postconflicto pueden adoptar políticas y marcos específicos para aprovechar el potencial de sus comunidades de la diáspora. Este apartado analiza las tendencias en los países en conflicto y sus políticas nacionales, poniendo de relieve las iniciativas destinadas a aprovechar la participación de la diáspora en el desarrollo y la reconciliación. Los ejemplos propuestos se han extraído del mapa global de participación de la diáspora de EUDiF y de otras investigaciones realizadas en el marco del proyecto. Los siguientes ejemplos muestran cómo los gobiernos han otorgado de forma oficial una función de construcción de paz a su diáspora al incluirla en sus políticas nacionales.

Tanto Georgia como Chad reconocen en sus agendas de desarrollo nacional la importancia de integrar la diáspora en el país de acogida. El Plan de Desarrollo Nacional de Chad destaca la promoción de la integración de la diáspora como objetivo estratégico, lo que refleja un compromiso más amplio con la gobernanza y la construcción de paz. De forma parecida, la estrategia de migración de Georgia prioriza crear un entorno inclusivo para la diáspora, aprovechando sus aportaciones para el desarrollo socioeconómico, y, en concreto, facilitar la cohabitación pacífica de distintos grupos religiosos, culturales y étnicos. Esto refleja los retos continuos para ambos países relacionados con las divisiones políticas y la inestabilidad.

A pesar de que muchos países permiten el voto desde el extranjero y la doble ciudadanía, aquellos afectados por conflictos pueden ser más precavidos a la hora de otorgar estos derechos para evitar la «interferencia» de la diáspora en la política interna

Etiopía y Kenia han desarrollado marcos exhaustivos de políticas para implicar a sus comunidades de la diáspora en iniciativas nacionales de desarrollo y construcción de paz. El Cuerno de África es una delas regiones del mundo más afectadas por los conflictos armados y todos los países de la región han experimentado inestabilidad política durante décadas. La política de la diáspora de Etiopía se centra en reforzar las relaciones entre los ciudadanos en el extranjero y promover el activismo para el desarrollo nacional. También pretende reforzar la participación en el proceso de democratización y construcción de paz para obtener logros individuales y nacionales, crear un entorno propicio para el desarrollo conjunto y defender los derechos e intereses de la diáspora en el extranjero. La política extranjera de Kenia destaca la diplomacia de la diáspora, con el reconocimiento de las distintas habilidades y experiencias de los kenianos que viven en el extranjero como activos de valor para la transformación nacional. El Tercer Plan a Medio Plazo de Kenia destaca la importancia de la aportación de la diáspora a la seguridad, la construcción de paz y la resolución de conflictos.

Las políticas y los marcos de participación de la diáspora de Ruanda se han desarrollado a partir de su pasado problemático. Aspiran a mantener la paz y la reconciliación, así como a aprovechar diferentes formas de capital de la diáspora. Se centran en promover la cohesión, como por ejemplo puede observarse en la Estrategia Nacional para la Transformación 2017-2024 y la Política de la Diáspora de Ruanda (2009). El gobierno de Ruanda ha implicado activamente a la diáspora, reconociendo su función en la reconstrucción de la nación tras el conflicto. Para que pudiera asumir esta función, la estrategia Visión 2020 de Ruanda incluye medidas como facilitar el derecho a recuperar la ciudadanía, que resulta clave para dar a la diáspora pleno acceso a la participación política. Sin embargo, sigue habiendo tensiones subyacentes relacionadas con las divisiones étnicas históricas, lo que afecta a las iniciativas de construcción de paz.

En Somalia resulta interesante observar que el último Plan de desarrollo nacional (2020-2024) pasó de dar una función clara a la diáspora en cuanto a hacer posible la paz y la seguridad a entender el nexo acción humanitaria-desarrollo y la función de la diáspora en tiempos de crisis. Estas funciones cambiantes siguen la evolución del proceso de construcción de paz y las prioridades relacionadas en el país.

La diáspora puede ejercer distintas funciones, tanto en el país de acogida como de origen. Comprender la heterogeneidad y las dinámicas generacionales del activismo de la diáspora resulta crucial para evaluar su impacto

Además, la diáspora del Líbano tiene una función significativa de respaldo del país ante retos sociopolíticos. Esto puede vincularse a la política de «concordia» libanesa frente a la diáspora. A pesar de que todavía se carece del apoyo legislativo adecuado, el enfoque de «concordia» puede traducirse como el respaldo del gobierno a las redes y organizaciones de la diáspora de totas las religiones y etnias. Entre otras cosas, motiva a sus expatriados a ejercer sus derechos democráticos. En consecuencia, la diáspora, en especial durante períodos de disturbios civiles, demuestra un fuerte sentido de solidaridad y compromiso para afrontar los problemas sistémicos del Líbano. A través de protestas pacíficas, iniciativas de obtención de fondos y campañas de activismo, la diáspora amplifica las voces por el cambio y contribuye a los movimientos de reforma de base.

No obstante, incluso cuando hay disposiciones favorables respecto a la participación de la diáspora, en algunos contextos sigue habiendo desafíos. Por ejemplo, en Sudán el conflicto entorpece ambiciosos proyectos de desarrollo orientados a afrontar desafíos cruciales de la sanidad. Pese a los esfuerzos por colaborar con socios internacionales y comunidades de la diáspora, el conflicto y la inestabilidad política bloquean iniciativas como la capacitación para profesionales sanitarios. La naturaleza recurrente del conflicto impide el desarrollo sostenible y hace patente la necesidad de estrategias de construcción de paz a largo plazo.

La diáspora como promotora de la paz: prácticas prometedoras

En el ámbito de la participación de la diáspora y la construcción de paz, destacan diversas prácticas e iniciativas prometedoras; esto demuestra las distintas formas en que las comunidades de la diáspora contribuyen a la resolución de conflictos, la reconciliación y el desarrollo sostenible.

Un ejemplo notable es la Conferencia sobre la participación de la diáspora en el desarrollo, la reconciliación y la paz sostenible tras la guerra en Sri Lanka. Organizada por el Centro de Estudios sobre la Pobreza (CEPA), esta conferencia profundizó en las complejidades de la participación de la diáspora en el Sri Lanka de posguerra. Remarcó la naturaleza polifacética de las identidades de la diáspora y sus aportaciones más allá de las narrativas tradicionales, destacando la necesidad de enfoques matizados a la participación de la diáspora en las iniciativas de paz y desarrollo. Todavía en Sri Lanka, International Alert trabaja con la sociedad civil, las empresas locales, donantes y entidades gubernamentales para promover esfuerzos inclusivos de construcción de paz. Facilita el diálogo, apoya a jóvenes políticos en la lucha por la paz y promueve la función positiva de la diáspora en los procesos de reconciliación, tanto desde sus comunidades en el extranjero como en Sri Lanka.

Los marcos políticos a nivel internacional, regional y nacional destacan la importancia de la participación de la diáspora y ofrecen vías de colaboración, movilización de recursos y capacitación

Asimismo, iniciativas de base como la Conferencia Internacional de Global Somali Diaspora proporcionan plataformas a las comunidades de la diáspora para que se reúnan, intercambien ideas y contribuyan a las iniciativas de construcción de paz. Esta conferencia reúne a delegados somalíes de todo el mundo y con ello promueve la colaboración, el intercambio de conocimientos y la acción colectiva hacia el crecimiento económico y la paz sostenible.

En el campo de la respuesta humanitaria y la construcción de paz, iniciativas como DIASPEACE demuestran el potencial de las redes de la diáspora en situaciones de crisis. Este proyecto, que fue financiado por la UE, estudió las actividades políticas de organizaciones de la diáspora de Somalia, Etiopía y Eritrea en Europa y así arrojó luz sobre sus aportaciones a la resolución del conflicto y sus iniciativas humanitarias. Tenemos otro ejemplo en Sudán, donde los miembros de la diáspora han tenido un papel crucial a la hora de respaldar la situación mediante el activismo en los medios de comunicación, la obtención de fondos y oportunidades de voluntariado a distancia para afrontar diversos retos, incluyendo la pandemia de COVID-19.

Por último, nos gustaría destacar en especial la importante función que han tenido las mujeres y los jóvenes en la construcción de paz. Proyectos como Peace Therapist son un ejemplo de las formas innovadoras en que los miembros jóvenes de la diáspora aprovechan la tecnología y la experiencia para proporcionar apoyo psicosocial a poblaciones vulnerables. Fundada por un equipo de jóvenes refugiados, la organización Peace Therapist ofrece sesiones de terapia en línea en distintos idiomas, que atienden a refugiados con traumas debidos a la guerra y a desastres naturales. A través de estas iniciativas, las comunidades de la diáspora aprovechan sus habilidades y sus recursos para tratar problemas de salud mental y promover la resiliencia entre las poblaciones afectadas.

De forma parecida, Mujer Diáspora, una organización de la diáspora fundada por mujeres de distintos orígenes que surge de la Comisión de Verdad, Memoria y Reconciliación de las Mujeres Colombianas en la Diáspora, proporciona un espacio específico para que las mujeres lleven a cabo actividades de sanación psicosocial, iniciativas de reconciliación y activismo. Con centros en Londres, Barcelona y otras localidades, la organización aborda la exclusión de las voces y experiencias de las mujeres en los procesos de paz, para contribuir a una mayor sanación social y un empoderamiento.

Reconocer la función crucial de las comunidades de la diáspora en la construcción de paz es esencial para lograr un desarrollo sostenible y fomentar sociedades resilientes en todo el mundo

Globalmente, estos ejemplos destacan la importancia de reconocer y aprovechar los distintos talentos, experiencias y redes dentro de las comunidades de la diáspora para avanzar en la construcción de paz, la reconciliación y los esfuerzos de desarrollo sostenible en todo el mundo.

Conclusiones

Reconocer la función crucial de las comunidades de la diáspora en la construcción de paz es esencial para lograr un desarrollo sostenible y fomentar sociedades resilientes en todo el mundo. Los marcos políticos a nivel internacional, de la UE, regional y nacional destacan la importancia de la participación de la diáspora y ofrecen vías de colaboración, movilización de recursos y capacitación. Aprovechar los distintos activos y redes de la diáspora permite a los responsables políticos reforzar las iniciativas de construcción de paz, avanzar en el desarrollo inclusivo y contribuir a lograr los ODS de forma global.

La integración y el acceso a derechos políticos resultan indispensables para promover sociedades inclusivas y empoderar las comunidades migrantes. Las iniciativas delineadas por la UE son un ejemplo de la función crucial de los marcos políticos para facilitar la integración y permitir a la diáspora participar plenamente en la vida política, social y económica del país de acogida y del de origen.

Por último, las políticas y marcos nacionales en los países en conflicto reconocen cada vez más la función fundamental que tienen las comunidades de la diáspora en la construcción de paz y el desarrollo. A pesar de desafíos como los problemas de desconfianza y los impedimentos burocráticos, la participación de la diáspora continúa siendo fundamental para impulsar la resiliencia, la reconciliación y el desarrollo sostenible en contextos afectados por el conflicto.


[1] Aman, M. (2014). Diaspora Organisations as Strategic Agents of Development. African Diaspora Policy Centre (ADPC). Horst, C.; Lubkemann, S. y Pailey, R. N. (2015). «The invisibility of a third humanitarian domain». En: The New Humanitarians in International Practice (p. 213-231). Routledge. Nagarajan, N., Smart, B. y Nwadiuko, J. (2015). «Diaspora engagement in humanitarian emergencies and beyond». The Lancet, 386(9998), p. 1015-1016. Plaza, S. y Ratha, D. eds. (2011). Diaspora for development in Africa. The World Bank.

Este artículo ha sido traducido del original, en inglés.

Fotografía

Autor: Open Global Rights