El uso de armas explosivas en zonas pobladas genera graves crisis humanitarias. Debe combatirse a través de la acción internacional, que ha de incluir el compromiso de los Estados para terminar con esta práctica. También debe impedirse mediante la paralización de las trasferencias de armamento a los actores que usan armas explosivas en zonas pobladas. La muerte de civiles, la destrucción de ciudades y las crisis de refugiados no son hechos inevitables. Los Estados tienen la responsabilidad política, legal y moral de no llevar a cabo acciones que causen un sufrimiento humano tan intenso.
Bombardeo de ciudades, comercio de armas
En Iraq, Siria, Ucrania, Yemen y otros países en los que se bombardean zonas pobladas, mueren y resultan heridos civiles en sus casas, en las calles, en los hospitales y en las escuelas. No hay razón alguna que justifique la interrupción de los suministros de agua y electricidad y la destrucción de las instalaciones de saneamiento causadas por los bombardeos ni el daño psicológico que sufre la población que vive sometida a los mismos. La gente se ve obligada a huir de sus pueblos y ciudades, hacia futuros inciertos en lugares distantes, enfrentándose a amenazas de violencia y explotación en el camino y en los lugares de destino.
Muchas de las bombas y otras armas explosivas que matan a civiles en conflictos armados en todo el mundo y que deberían estar controladas por el derecho internacional y por la conciencia ética son vendidas, a cambio de un beneficio, a aquellos que las usan para obtener un provecho político. El Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que entró en vigor en diciembre de 2014, debería impedir estas transferencias de armas. Sin embargo, muchos de sus Estados partes y signatarios continúan participando en transferencias de armas que ocasionan sufrimiento humano y violaciones del derecho internacional humanitario (DIH) y del derecho internacional de los derechos humanos y que socavan el desarrollo socioeconómico y la paz y la seguridad internacionales. 1
El uso de armas explosivas en zonas pobladas y las transferencias de armas a Estados que llevan a cabo estas acciones ponen de manifiesto las graves brechas que existen entre la legislación y la práctica. También evidencian las limitaciones de la legislación existente, que deben ser abordadas mediante el desarrollo de nuevos estándares, compromisos y tratados.
Evitar más daño mediante el compromiso político
Es imprescindible acabar con el uso de armas explosivas en zonas pobladas si se quiere evitar que se produzcan más catástrofes humanitarias y flujos de refugiados. Muchos Gobiernos, organizaciones internacionales y grupos de la sociedad civil lo admiten. En septiembre de 2015, el gobierno de Austria convocó una reunión en Viena para analizar cómo evitar los daños causados por el uso de armas explosivas en zonas pobladas. Esta reunión tuvo su origen en la preocupación expresada por más de 40 Gobiernos en los debates del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la protección de civiles y niños en conflictos armados, en los que el Secretario General de las Naciones Unidas exhortó a emprender acciones de ámbito internacional frente a este problema. 2. También era la continuación de las reuniones de expertos auspiciadas por Noruega, la Chatham House, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas y, de manera independiente, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Es imprescindible acabar con el uso de armas explosivas en zonas pobladas si se quiere evitar que se produzcan más catástrofes humanitarias y flujos de refugiados
En la reunión de Viena se llegó al acuerdo general de que la voluntad de evitar daños humanitarios debería ser la base de un instrumento político que pusiera fin al uso de armas explosivas en zonas pobladas. Entre otras cosas, también se llegó al reconocimiento de que la legislación existente es insuficiente para afrontar el problema.
La organización Acción contra la Violencia Armada, miembro de la coalición de la sociedad civil Red Internacional contra las Armas Explosivas (INEW, por sus siglas en inglés) 3, ha observado que cuando se utilizan armas explosivas en zonas pobladas, el 90% de las víctimas resultantes son civiles. 4 Ello parece indicar la existencia de violaciones del DIH. Ahora bien, las normas del DIH, carentes de directrices específicas relativas a su aplicación, no establecen, en sí mismas, límites claros contra el uso de armas explosivas en zonas pobladas. 5
“En base a los efectos de las armas explosivas en zonas pobladas que se observan en la actualidad”, argumenta el CICR, “existen serias dudas acerca de la manera en que las partes que usan estas armas están interpretando y aplicando el DIH. Las prácticas divergentes en el ámbito militar, los puntos de vista contrarios entre expertos y en la jurisprudencia de los tribunales penales internacionales en relación con lo que es y lo que no es legalmente aceptable sugieren que existen ambigüedades en el DIH y que es necesario que los Estados clarifiquen su interpretación de las principales normas del DIH o que desarrollen estándares más claros para proteger, de manera efectiva, a los civiles” 6.
Compromiso de los Gobiernos
La iniciativa para desarrollar estándares y compromisos más claros contó con el apoyo de una serie de Estados en el Primer Comité de Desarme y de Seguridad Internacional de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en octubre de 2015. Austria, Costa Rica, Guatemala, Irlanda, México, Países Bajos y Noruega plantearon esta preocupación humanitaria en el transcurso de sus intervenciones en el Primer Comité. Además, Noruega también lo hizo a nivel de primeros ministros durante la sesión de alto nivel de apertura del 70° periodo de sesiones de la Asamblea General. 7
La mayoría de estos países exigió que se emprendieran acciones de ámbito internacional destinadas a evitar el daño humanitario que causa el uso de armas explosivas en zonas pobladas. La representante de Costa Rica manifestó que su Gobierno “apoyaba plenamente” el desarrollo de “estándares y compromisos más estrictos para prohibir y restringir su uso”. Costa Rica, Nueva Zelanda y Noruega respaldaron la recomendación del secretario general de la ONU en el sentido de que las partes en conflicto se abstuvieran de usar armas explosivas con una amplia área de impacto en zonas pobladas. 8
Cuando se utilizan armas explosivas en zonas pobladas, el 90% de las víctimas son civiles
Aparte de estos Estados, otros países han planteado su preocupación en relación con el uso de armas explosivas en zonas pobladas en los debates públicos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre protección de civiles y niños en conflictos armados 9, y otros han manifestado su preocupación y han expresado su apoyo a la recomendación del secretario general de la ONU mencionada más arriba 10. Además, algunos Estados han pedido que se actúe, pero sin hacer referencia a dicha recomendación. Bélgica ha instado a todas las partes involucradas en conflictos armados a “renunciar” al uso de armas explosivas en zonas pobladas; Malasia ha pedido que se “restrinja” su uso; la República de Corea, que se “evite” su uso; y Benín animó a que se “criminalice” su uso.
Algunos países han vinculado el uso de armas explosivas en zonas pobladas y el comercio internacional de armas. Túnez pidió que ambos fueran prohibidos, admitiendo los efectos sobre los civiles del “uso indiscriminado de armas y explosivos en zonas densamente pobladas y el comercio ilegal de armas”. La Red de Seguridad Humana 11 ha exhortado a las partes en conflicto a abstenerse de usar armas explosivas en zonas pobladas y ha insistido en la necesidad de que se mejore el cómputo de víctimas y que se implemente el TCA.
Un compromiso para la acción
Está en marcha un proceso internacional para desarrollar un compromiso político destinado a poner fin al uso de armas explosivas en zonas pobladas. Todos los Estados preocupados por el terrible sufrimiento humano a que se ven sometidas las personas que viven bajo los bombardeos deberían aunar esfuerzos y tratar de obtener el resultado más potente posible, que debería incluir un llamamiento para que se ponga fin al uso de armas explosivas en zonas pobladas.
Los daños provocados por el uso de armas explosivas en zonas pobladas son inaceptables. Los Estados tienen la responsabilidad de emprender acciones que eviten el sufrimiento humano
Este proceso requerirá revisar las políticas y prácticas nacionales a fin de facilitar cambios que refuercen la protección de los civiles. Los Estados deberían, también, apoyar una mejora en la recogida de datos relativos al uso de armas explosivas y su impacto, con un cómputo que realice un desglose de las víctimas por edad, sexo y discapacidad. Asimismo, deberían reconocer los derechos de los supervivientes, de las familias de los muertos y heridos y de las comunidades afectadas y garantizar una respuesta a sus necesidades a corto y a largo plazo 12.
A un nivell més ampli, els Estats haurien d’impedir que aquells països que utilitzen armes explosives en zones poblades puguin comprar armament. Fins i tot si un Estat es compromet a no utilitzar armes explosives en zones poblades, les armes objecte de transferències que s’aprovin poden acabar sent utilitzades per a bombardejar civils. Independentment que els Estats siguin part del TCA, no haurien de transferir armes a països que bombardegen pobles, ciutats o altres zones poblades.
Como argumenta la INEW, con demasiada frecuencia el lanzamiento de bombas y el disparo de misiles y morteros en zonas pobladas se considera algo inevitable en un conflicto armado. Pero la experiencia demuestra que los Estados y otros actores armados pueden dejar de utilizar determinadas armas y, de este modo, evitar daños devastadores a civiles. Los daños provocados por el uso de armas explosivas en zonas pobladas son inaceptables. Los Estados tienen la responsabilidad de emprender, desde este momento, acciones que eviten el sufrimiento humano 13.
1. Para consultar ejemplos, véase Ray Acheson, Trading arms,bombing towns: the lethal connection between the international arms trade and the use of explosive weapons in populated areas, Reaching Critical Will, octubre de 2015
2. Para consultar fragmentos de las declaraciones gubernamentales sobre este tema, véase (http://www.inew.org/acknowledgements)
3. Véase www.inew.org
4. Robert Perkins, “Four years of harm: Explosive Weapons Monitor 2011–2014”, Acción contra la Violencia Armada, 14 de septiembre de 2015.
5. Ray Acheson, “States move to stop the bombing and bombardment in towns and cities” Reaching Critical Will, 24 de septiembre de 2015
6. Comité Internacional de la Cruz Roja, “International humanitarian law and the challenges of contemporary armed conflicts”. Informe preparado para la 32ª Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, octubre de 2015
7. Para consultar los informes completos de las declaraciones del Primer Comité, véase el First Committee Monitor publicado semanalmente por Reaching Critical Will aquí . El autor de los artículos sobre armas explosivas es Thomas Nash, de la organización Article 36.
8. Véase, por ejemplo, el último informe del secretario general de las Naciones Unidas sobre protección de civiles en conflictos armados, S/2015/453, 18 de junio de 2015.
9. Entre estos países están Afganistán, Argentina, Azerbaiyán, Bangladés, Benín, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Gabón, Ciudad del Vaticano, Islandia, Indonesia, Japón, Jordania, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, México, Nigeria, Palestina, Catar, Eslovaquia, España, Suecia, Togo, Túnez, Turquía y los Estados Unidos.
10. Entre estos países están Australia, Botsuana, Chile, Alemania y Montenegro.
11. La Red de Seguridad Humana está formada por Austria, Chile, Costa Rica, Grecia, Irlanda, Jordania, Mali, Noruega, Panamá, Eslovenia, Suiza, Tailandia y Sudáfrica como país observador.
12. Para consultar detalles de las recomendaciones de la INEW, véase A Commitment to Act: Protecting civilians from the use of explosive weapons in populated areas, Red Internacional contra los Artefactos Explosivos, septiembre de 2015
13. Ibid.
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