La ausencia de guerra no es garantía que no habrá otra guerra en el futuro, es por lo tanto esencial que Sri Lanka invierta en una verdadera reconciliación. Por otra parte, en la actual Sri Lanka de posguerra, el sistema político está dividido en base a las diferencias étnicas y religiosas, por la falta de voluntad del Estado a la hora de actuar contra los grupos que defienden tendencias extremistas. Mientras la juventud encarna la esperanza del país, es también un grupo polarizado por la falta de un enfoque global u holístico del problema, aunque las conferencias nacionales de reconciliación de 2011-2014 identificaron y detallaron este tipo de enfoque.1
En Sri Lanka, como consecuencia del fracaso de los numerosos intentos anteriores de negociar un acuerdo político, las fuerzas armadas fueron consideradas el último recurso para poner fin al conflicto. Sin embargo, no se puede ni se debe considerar a los militares como la panacea para todos los problemas sociales del país. La guerra contra los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE, por sus siglas en inglés) finalizó el año 2009 después de aproximadamente 30 años de conflicto violento. Los tigres tamiles fueron derrotados el 18 de mayo, un día que se rememoraba como “Festividad de la Victoria”, pero que posteriormente, el actual gobierno del presidente Maithripala Sirisena, decidió rebautizar como “Festividad de la Conmemoración”.2 Sin embargo, entre algunos grupos militares y de la sociedad civil persiste una narrativa contraria al proceso de reconciliación impulsado por el gobierno; por ejemplo, algunos sectores de la sociedad defienden encarnizadamente el retorno a la antigua denominación de “Festividad de la Victoria”. Mientras que, en la sociedad, algunos grupos ven la finalización de la guerra como una victoria contra los terroristas despiadados, otros la consideran una derrota de sus queridos combatientes por la libertad. Por ejemplo, en la provincia del Norte, el líder de los tigres tamiles, Prabakaran, fue conmemorado como luchador por la libertad.3
En este contexto, el renovado interés del actual gobierno por las estrategias de construcción de la paz y por la consecución de la cohesión social se considera relevante tanto para la sociedad como en el ámbito internacional. No obstante, existen múltiples limitaciones y obstáculos. Es imprescindible formular y adoptar un enfoque holístico para que el pueblo se reconcilie con el pasado y se centre en el futuro. En este sentido, es necesaria una transformación en todos los actores de la sociedad, incluidas las fuerzas armadas, que tienen que pasar de ser una temible fuerza de combate a unas fuerzas armadas de posguerra; de la misma manera, las muchas víctimas directas e indirectas necesitan un proceso que las cure, mientras que la población general tiene que comprender la importancia del esfuerzo hacia la reconciliación.
Es imprescindible formular y adoptar un enfoque holístico para que el pueblo se reconcilie con el pasado y se centre en el futuro
Si esta transformación no ha tenido lugar, es por las múltiples limitaciones del gobierno y de la sociedad civil y la miríada de dificultades que afrontan, a pesar de algunas acciones positivas, como el hecho de que el presidente Sirisena perdonara Sivaraja Jenivan, la persona que lo intentó asesinar el año 2005 con un ataque-bomba suicida. Según Jenivan, “si hubiera habido un líder como el presidente Sirisena hace 50 años, el problema nacional del país y la destrucción causada nunca no habrían tenido lugar. [Sirisena] es el único líder del país aceptado por todas las comunidades y que aprecia todas las comunidades con ecuanimidad. Rezo porque se convierta en el verdadero padre de la patria resolviendo el problema nacional y los problemas de los presos políticos”. Por lo tanto, Sri Lanka constituye un buen ejemplo para el mundo entero; en especial, para analizar el tema de la reconciliación. Más aún vista la experiencia de la polarización radical de la juventud en dos sectores a final de la década de los ochenta: por una parte, en torno al LTTE y, por otra parte, entre los extremistas políticos seguidores del partido Janatha Vimukthi Peramuna (JVP).
Sri Lanka no puede llevar a cabo el proceso de reconciliación sola, sin la asistencia de la comunidad internacional y la diáspora de la isla. Lo recalcó hace poco el primer ministro del Canadá, en su declaración sobre el noveno aniversario del final de la guerra en Sri Lanka, motivada por la numerosa diáspora de esta isla en el país norteamericano: “[…] Canadá ofrece todo su apoyo al gobierno de Sri Lanka y los que trabajan para [garantizar…] los esfuerzos hacia la reconciliación.4
El enfoque holístico podría ser aplicado por las partes interesadas en los seis sectores identificados en los informes:5 el sector educativo, los jóvenes, la comunidad empresarial, los líderes religiosos, las mujeres y los políticos. En un seminario celebrado en octubre de 2013, seis conocidos ponentes sudafricanos compartieron sus experiencias con otros participantes originarios de Sri Lanka 6. El debate se centró en las cuestiones siguientes: el significado de la reconciliación; la historia; el papel y el propósito de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR); y la política de amnistía. Varios ponentes de Sri Lanka explicaron la situación del país y los retos que afrontaba en su transición desde un conflicto prolongado y hacia una paz sostenible. El debate correspondiente con eminentes académicos tenía el objetivo de averiguar si este país podría instaurar su propia Comisión, un prerrequisito ineludible para la implantación de un enfoque holístico.
El proceso de implementación de un mecanismo de este tipo tendría que ser supervisado por actores independientes extranjeros, como Interpeace,7 para dar mayor legitimidad. Desgraciadamente, la aplicación de las recomendaciones ha sido insuficiente durante los últimos nueve años y el proceso ha sido lento.
Sri Lanka no puede llevar a cabo el proceso de reconciliación sola, sin la asistencia de la comunidad internacional y la diáspora de la isla
El papel de la educación en la reconciliación
La educación tiene un papel fundamental para sustentar el proceso de transformación. El juez C.G. Weeramantry, el jurista más eminente del país y un visionario de la paz, ha contribuido a difundir por el mundo la educación para la paz. Paradójicamente, si bien recibió el premio de la educación para la paz de la UNESCO, no pudo implantar un sistema de educación para la paz en su país mismo. Como el juez Weeramantry reconoce, “para que la humanidad viera el final de la violencia, haría falta que la educación en la paz rompiera las barreras entre pueblos”. Sea como sea, Sri Lanka todavía no ha conseguido introducir en las escuelas, las universidades y otros centros educativos la educación para la paz, la dignidad global8 y el significado de la reconciliación. Sin embargo, con el gobierno actual, la Oficina para la Unidad Nacional y la Reconciliación ha lanzado un programa piloto denominado “Unidad nacional y reconciliación a través de la educación superior”, que tiene el objetivo de crear a partir de 2018 una nueva asignatura sobre la transformación de conflictos y la reconciliación para los estudiantes universitarios. Una sociedad asolada por un conflicto étnico tan prolongado tendría que hacer de la educación su principal prioridad en el proceso de reconciliación.
De acuerdo con el informe sobre competitividad global del Foro Económico Mundial,9 Sri Lanka es una de las pocas naciones del sur de Asia que ha pasado de una economía impulsada por los factores a una economía impulsada por la eficiencia. Al consolidarse como un país de renta baja-media, el principal problema socioeconómico será mantener un crecimiento económico estable y capitalizar la construcción de la paz, de manera que se transforme una sociedad en conflicto en una sociedad dominada por la convivencia pacífica, con el fin de consolidar una identidad común entre todos los grupos étnicos de la isla. Sin estabilidad social, el país tendría que afrontar las consecuencias indirectas que tienen para su economía determinados acontecimientos, como el reciente estallido de violencia comunitaria en Kandy.10 El afán por una verdadera reconciliación es esencial y requiere que los futuros gobiernos continúen con la política introducida por el actual. Por otra parte, para seguir adelante con una política coherente, habría que dar el mandato correspondiente a una institución independiente y políticamente imparcial. Aunque hace falta el apoyo político para implementar las políticas recomendadas, se podría crear una institución administrativa dotada de un marco sólido y blindado para evitar interferencias políticas innecesarias y cambios en las políticas aplicadas.
Sri Lanka todavía no ha conseguido introducir en las escuelas, las universidades y otros centros educativos la educación para la paz, la dignidad global y el significado de la reconciliación
Actualmente, la tarea de reconciliación se ha dividido entre un Ministerio y varios funcionarios de alto nivel. El mecanismo de reconciliación del gobierno ha sido impulsado, principalmente, por el presidente,11 el primer ministro 12 y la expresidenta de Sri Lanka 13 y los gobiernos sucesivos han impulsado relatos diferentes, que se ponen de manifiesto cuando uno da apoyo a un sistema de tribunales híbrido, que combine jueces del país y del extranjero, mientras que el otro se opone a este proceso. En este contexto, desarrollar un consenso entre los políticos es esencial para trabajar hacia un enfoque holístico.
La identidad de Sri Lanka
En el contexto de posguerra es esencial crear una identidad de Sri Lanka. A escala nacional, una encuesta de opinión sobre la cohesión social, efectuada el año 2007 por el centro Nacional de Investigación y Evaluación educativa de la Universidad de Colombo (Tabla 1), tenía el objetivo de averiguar cuál era la identidad predominante (la ciudadanía o la etnicidad) con la cual se identificaban los encuestados. Según la encuesta, entre las dos opciones, las personas de etnia cingalesa tendían a identificarse por su ciudadanía (22,1%), mientras que los tamiles y los musulmanes tendían a identificarse por su grupo étnico (20,7% y 36,6%, respectivamente). En todo caso, hay otras variaciones, en función de la pertenencia a grupos como los estudiantes, los profesores y los becarios.
Tabla 1: Tipo de autoidentificación de los cingaleses, los tamiles y los musulmanes (ciudadanía y etnicidad)
Fuente: Wijetunge, 2007, p. 51-5414.
Aunque los datos de este estudio no son determinantes para realizar un juicio contundente sobre las actitudes respecto de la identidad dominante, se pone de relieve la necesidad de mejorar la integración.15 En el actual contexto, es crucial que todas las partes interesadas de la sociedad se esfuercen en crear una identidad propia de Sri Lanka.
Haría falta un enfoque holístico para avanzar hacia una reconciliación verdadera, además de abordar rápidamente las limitaciones que frenan la reconciliación y desarrollar un verdadero proceso de reconciliación que tenga resultados tangibles para la sociedad de Sri Lanka de posguerra.
1. Informes sobre la reconciliación nacional (2011-2014), publicados por el Lakshman Kadirgamar Institute of International Relations and Strategic Studies.
2. BBC News (2015), “Sri Lanka shift on civil war anniversary”.
3. Indian Express (2017), “Tamil leaders in Sri Lanka celebrate LTTE chief Prabhakaran’s 63rd birthday anniversary”.
4. Declaración de Justin Trudeau, primer ministro del Canadá, como conmemorasción del noveno aniversario del final de la guerra en Sri Lanka (2018).
5. Informes sobre la reconciliación nacional (2011-2014), publicados por el Lakshman Kadirgamar Institute of International Relations and Strategic Studies.
6. El debate tuvo lugar en el Lakshman Kadirgamar Institute, Sri Lanka.
7. Organización Interpeace.
8. Organización Global Dignity.
9. Foro Económico Mundial, Global Competitiveness Report (2017).
10. Abeyagoonasekera (2018), IPCS, Racism, Riots, and the Sri Lankan State.
11. El Ministerio de la Integración y la Reconciliación Nacional es el principal ministerio que depende del presidente Sirisena.
12. Secretaría de Coordinación de los Mecanismos de Reconciliación, que depende de la oficina del primer ministro, Ranil Wickremesinghe.
13. La expresidenta Chandrika Bandaranaike Kumaratunga preside ahora la Oficina para la Unidad y la Reconciliación Nacionales (ONUR).
14. Wijetunge, S. (2007). National Level Attitude Survey on Social Cohesion: Summary Report. Colombo: NEREC, Universidad de Colombo.
15. Weerasinghe (2018), Education: Towards Sustainable Peace and Shared economic Prosperity. Education empowerment and transformation.
Fotografía : Sarvodaya Shramadana Movement.
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