Todos los actores son necesarios para la construcción de la paz, cada uno jugando su propio papel. Desde las ciudades se trabaja en programas de fomento de la convivencia y la resolución pacífica de los conflictos, de cooperación y de apoyo a otras ciudades que padecen situaciones de guerra y violencia. Esta experiencia acumulada hace que las ciudades y sus redes sean reconocidas cada vez más como actores relevantes en el momento de crear respuestas contrastadas, realistas y sostenibles que contribuyan a la construcción de la paz.
En un mundo que es global, todo lo que sucede, aunque sea a miles de kilómetros de distancia de nuestra casa, tiene incidencia en nuestras vidas. Los grandes retos que afronta la humanidad, como el calentamiento global y el cambio climático, las migraciones, los desplazamientos forzados a causa de las guerras y los conflictos armados, tienen repercusiones a escala local. Unas consecuencias que se manifiestan en las ciudades, a las cuales los gobiernos locales deben hacer frente.
Ahora estamos en un momento clave en el que se están produciendo procesos de renovación de los marcos de la agenda mundial de los grandes temas que preocupan a la humanidad, como la paz y la seguridad, la sostenibilidad ambiental, las migraciones o el desarrollo. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por Naciones Unidas hace justo un año, el acuerdo para la lucha contra el cambio climático alcanzado en París en diciembre del año pasado o la nueva agenda urbana que debe salir de la Conferencia de Habitat III que tendrá lugar en Quito, Ecuador, el próximo mes de octubre, deben marcar el camino que ha de permitir avanzar hacia un futuro que mejore las condiciones de vida de las personas y del planeta.
Un futuro que hay que construir también desde la proximidad, desde los pueblos y las ciudades. Los problemas globales se convierten en problemas locales porque es en las ciudades donde viven las personas. Las ciudades son el lugar donde se sufren los problemas globales y donde se crean proyectos para hacerles frente. En este sentido, no es posible avanzar hacia la solución a los grandes retos que afectan a la humanidad sin contar con el conocimiento y la experiencia acumulada de las ciudades en su gestión del día a día. Es necesaria una participación activa de las ciudades en los espacios donde se toman las decisiones y en la implementación de las soluciones.
No es posible solucionar los grandes retos sin contar con el conocimiento y la experiencia acumulada de las ciudades en su gestión del día a día
Así lo han entendido los gobiernos locales y sus redes, que han trabajado intensamente en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible y que ya están en marcha para definir las líneas de trabajo que deben hacer posible alcanzar los 17 Objetivos. La red de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, en su documento Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lo que los gobiernos locales deben saber 1, afirma: “Todos los ODS contienen metas que están directa o indirectamente relacionadas con el trabajo diario de los gobiernos locales y regionales. Los gobiernos locales no deberían ser vistos simplemente como aquellos que deben implementar la Agenda. Los gobiernos locales son responsables políticos, catalizadores del cambio y el nivel de gobierno mejor situado para vincular los objetivos globales con las comunidades locales.”
También en la crisis de las personas refugiadas que estamos viviendo hemos podido ver cómo desde las ciudades surgen iniciativas solidarias para dar una salida a este drama humanitario. Soluciones realistas y basadas en las posibilidades y las voluntades de cada una de ellas. Propuestas construidas de manera conjunta desde los ayuntamientos y desde la sociedad civil, a partir del trabajo en red y en cooperación con otras ciudades y territorios. Programas de acogida para la población refugiada que muchas veces van más allá de la acción que llevan a cabo otros niveles de gobierno. Esto es posible porque las ciudades cuentan con su valor más importante, la ciudadanía.
¿Por qué el compromiso con la construcción de la paz desde el ámbito local?
Por la misma razón que los gobiernos locales se preocupan y se ocupan del logro de los ODS, se implican en la lucha contra el cambio climático o en la acogida de personas refugiadas, es necesario que se comprometan con la construcción de la paz. Porque desde los municipios se da respuesta a los efectos que los conflictos globales tienen en la vida y el bienestar de la ciudadanía, entendiendo que el primer deber de los gobiernos locales es trabajar para la mejora de las condiciones de vida de las personas.
En este sentido, los municipios juegan un papel clave en la construcción de la paz y el entendimiento entre las diferentes culturas. Así lo reconoció el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, cuando se dirigió a los alcaldes por la paz, el 4 de mayo de 2010 en la sede de la ONU en Nueva York: “Construir un mundo en paz no comienza en las salas de conferencias de Nueva York o Ginebra. Empieza desde la base, en los barrios, en las comunidades. Se inicia con líderes de ciudades y pueblos de todo el mundo. Empieza con vosotros” 2.
Para llevar a cabo políticas de paz hay que crear estructuras adecuadas y que los valores de ciudad que se impulsan sean compartidos con la ciudadanía
Efectivamente, en las ciudades se trabaja día a día en la construcción de la paz. Construir la paz en la ciudad quiere decir garantizar la cohesión social, el respeto a los derechos humanos y el fomento de la convivencia. Significa fomentar la resolución pacífica de los conflictos y promover el respeto a la diferencia y el entendimiento entre culturas. Una ciudad constructora de paz también comparte conocimientos y experiencias con otras ciudades, trabaja en red buscando estrategias para conseguir un mundo más justo.
A nuestro entender, hay por lo menos dos elementos clave sin los cuales no es posible la implementación de políticas de construcción de paz: el compromiso y el liderazgo político y la implicación de la sociedad civil y la ciudadanía. Porque para llevar a cabo políticas de paz hay que crear estructuras adecuadas, con responsabilidades políticas y dotación presupuestaria. Y se debe contar con equipos técnicos preparados para implementarlas. Es necesario, también, que los proyectos y los valores de ciudad que se impulsan sean compartidos con la ciudadanía.
El proyecto de Granollers: ciudad abierta a la paz
El compromiso con la construcción de la paz y la recuperación de la memoria histórica en Granollers parte de un hecho trágico, el bombardeo que la ciudad padeció el 31 de mayo de 1938, durante la Guerra Civil española, que provocó la muerte de más de 200 personas en tan solo un minuto. Tomando como punto de partida que las ciudades que han sufrido bombardeos deben ser la fuerza que lidere los movimientos para la consecución de la paz, Granollers definió su propia estrategia de construcción de paz, que se sustenta en la memoria para construir futuro.
El Centro de Cultura por la Paz es el espacio desde donde se impulsan las políticas públicas entorno a la paz. En el Centro se realizan actividades vinculadas a la recuperación y difusión de la memoria histórica de la Guerra Civil y los bombardeos, la cooperación al desarrollo i la solidaridad, el fomento del civismo y la convivencia, el servicio de mediación ciudadana, la educación para la paz, la defensa de los derechos humanos y el trabajo en red con otras ciudades y la diplomacia municipal.
Alcaldes por la Paz lucha por conseguir que las ciudades y la ciudadanía no se conviertan nunca más en objetivos militares, víctimas de la violencia de las guerras
El Programa de Actuación Municipal 2015-2019 señala como uno de los ejes estratégicos prioritarios la promoción de la cultura de paz. Esto significa que debemos integrar los valores de la paz en todos los proyectos de ciudad: en el espacio público, poniendo en valor el patrimonio memorial; en los proyectos educativos, en la escuela y también en las plazas y comunidades, con visión de ciudad educadora; impulsando el conocimiento de los orígenes de los barrios y de su gente y fomentando el sentimiento de pertenencia; promoviendo el civismo y la convivencia en todos los ámbitos; trabajando con entidades de la ciudad para crear programas conjuntos, como pueden ser proyectos de voluntariado, programas de solidaridad con otros territorios o planes de acogida de personas refugiadas.
Del mismo modo que se trabaja en el fomento de la cultura de la paz dentro de la ciudad, se promueve la participación de Granollers en redes internacionales vinculadas a la defensa de los derechos humanos, la paz y el desarme. Redes que sirven para establecer programes de cooperación con otros municipios y para solidarizarnos con ciudades que padecen conflictos violentos. Redes como Alcaldes por la Paz, que luchan para conseguir que las ciudades y la ciudadanía no se conviertan nunca más en objetivos militares, víctimas de la violencia de las guerras.
Desde Granollers, junto con muchos otros municipios que trabajan, desde la singularidad de cada uno de ellos, en la implementación de políticas y programas de fomento de la paz, nos proponemos seguir impulsando la acción municipal para contribuir a lograr un mundo que rechace la violencia y las desigualdades, un mundo más justo, más solidario y en paz.
1. Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lo que los gobiernos locales deben saber, CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos).
2. Texto completo de la intervención del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Photography: Carme Barbany
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