La historia del pacifismo y la noviolencia tiene unas raíces profundas en Cataluña y quizás es por esta experiencia como sociedad que nos encontramos actualmente en un camino de resistencia pacífica y noviolenta hacia la República catalana. Según Botey1, desde el final de la Guerra Civil, Cataluña ha visto nacer con frecuencia grupos sobre paz o contra el militarismo, tales como mili KK, Ganva-Gamba (Grupo Acción No Violento Antimilitarista y Grupo Antimilitarista de Barcelona), en 1978, la campaña por el «no» al referéndum de entrada en la OTAN, en 1986, o la Plataforma “Aturem la Guerra”, desde 2002. Esta tradición pacifista ha provocado que esté muy arraigado en Cataluña el sentimiento en torno a la paz, probablemente más que en ningún otro lugar del Estado español.
Los cinco peldaños básicos de la acción noviolenta (Olivella2, Xirinacs3) –el diálogo, la denuncia, la no-cooperación, la desobediencia civil y la creación de alternativas– nos sirven para intentar ordenar el camino de la movilización pacífica más reciente en relación al independentismo.
Ya en el año 2009, ante la negativa reiterada del Estado español a pactar un referéndum, se organizó en Arenys de Munt la primera consulta municipal sobre la independencia de Cataluña, donde el «Sí» se impuso con un 96,2% sobre un 41% de la participación. La sociedad civil, junto con entidades como Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana, se organizó y empezó a crear alternativas, con consultas populares sobre la independencia de Cataluña por todo el territorio. Más tarde, el 9 de noviembre de 2014, el gobierno catalán, con mayoría independentista en el Parlament de Catalunya, realizó la consulta sobre la independencia. Finalmente, el pasado 1 de octubre de 2017 tuvo lugar el referéndum sobre la independencia. El referéndum, prohibido por el gobierno español, fue un acto de desobediencia civil y no-cooperación. Conseguir llevarlo a cabo resultó ser una obra de ingeniería noviolenta, ya que las urnas y las papeletas fueron perseguidas y escondidas por todo el país (Vicens i Tedó,4).
Dos días antes del 1 de octubre, los ciudadanos preocupados por no poder ejercer uno de sus derechos fundamentales, el derecho a voto, se autoorganizaron y se convirtieron en un movimiento asambleario, organizado por colegios, y más tarde, por barrios, a través de los Comités de Defensa del Referéndum (CDR). Posteriormente, la potencia de tener tantas personas organizadas por barrios se quiso mantener, para la futura República, y actualmente, la mayoría de CDR sigue reuniéndose y se han convertido en Comités de Defensa de la República. Este movimiento se basa en el funcionamiento asambleario con todas las ventajas e inconvenientes que eso comporta, y se organiza en asambleas territoriales, de barrios hasta comarcas, y también nacional. Se trata de un colectivo plural, con personas de diferentes edades y procedencias, pero con una característica en común: ganas y fuerza para trabajar por la implementación de la República, desde la noviolencia.
Los CDR son colectivos plurales con una característica común: ganas y fuerza para trabajar por la implementación de la República desde la noviolencia
El día 1 de octubre las imágenes de las personas autoorganizadas dieron la vuelta al mundo, al frente de los colegios electorales, desobedeciendo y no-cooperando, de manera pacífica y organizada, pero insumisa a las leyes de prohibición de la votación, y recibiendo los porrazos de la policía española. El pueblo pacifista y noviolento de Cataluña se alzaba y se daba a conocer en todo el mundo, así como también la dura represión del Estado español y su prohibición de uno de los derechos fundamentales, el derecho a voto.
A partir del 1 de octubre, el Estado español intensificó la represión y empezaron las primeras amenazas, detenciones y acciones violentas. Por este motivo, una de las mayores preocupaciones de las personas noviolentas era, en aquellos momentos, que el conflicto se volviera violento y que la violencia ejercida por el gobierno español pudiera generar como respuesta más violencia. Así pues, el 17 de octubre nació En Peu de Pau, una iniciativa social para extender y conectar la resistencia pacífica y noviolenta en defensa de las libertades. Fruto de una reflexión compartida sobre los hechos ocurridos en octubre del 2017, personas y colectivos de diferentes sensibilidades se encontraron para abordar la extensión y socialización de las legítimas acciones sociales y cívicas, de carácter pacífico y noviolento, que caracterizaron las movilizaciones de defensa de derechos y libertades fundamentales y las respuestas ante la deriva represiva del Estado. Precisamente por eso, En Peu de Pau consideró clave mantener, reforzar y ampliar esta cultura de movilizaciones ciudadanas estrictamente noviolentas en el presente y el futuro.
En Peu de Pau tiene tres objetivos fundamentales: a) impulsar un marco plural de coordinación y de creación de redes para mantener el carácter noviolento de las movilizaciones y las respuestas ciudadanas; b) consolidar y extender las prácticas de respuesta civil pacíficas y noviolentas, ante el recorte de derechos y libertades ciudadanas; c) a partir de quien ya está trabajando articular equipos sociales activos, en el marco de futuras movilizaciones, que ofrezcan coordinadamente un cobijo de seguridad, calma y tranquilidad y mantengan el carácter noviolento.
En Peu de Pau surge a partir de personas y colectivos de diferentes sensibilidades con el objetivo de extender y conectar la resistencia pacífica y noviolenta
En Peu de Pau, desde su nacimiento, intenta cubrir cuatro necesidades complementarias, sumando lo que ya estaban haciendo varios movimientos y personas. En primer lugar, generar un espacio de coordinación y de generación de discurso común sobre la respuesta pacífica y noviolenta, desde la autoridad moral de los que han trabajado a fondo y también de los actores que están jugando un rol central en las movilizaciones. En segundo lugar, hacer que también se convierta en un espacio de coordinación operativa de los diferentes colectivos que pueden contribuir a una mejor organización y a mantener el tono noviolento en estas movilizaciones. En tercer lugar, poner a disposición de todo el mundo las acciones de formación y los recursos sobre acción pacífica y noviolenta. Por último, establecer una acción de comunicación que difunda a la ciudadanía todo lo relacionado con las tres anteriores. Uno de los resultados más palpables de estos movimientos se puede encontrar en los 7 decálogos. De esta manera, En Peu de Pau, está ejerciendo un papel fundamental para la persistencia del pacifismo y la noviolencia en el camino hacia la República catalana.
Actualmente, hay muchas otras iniciativas pacíficas y noviolentas creando alternativas, movimientos para la nueva República que empiezan a aflorar. No sabemos qué sucederá con todas ellas, pero cada día que pasa aparece una idea nueva, un grupo de personas nuevo que propone y que crea herramientas para la creación de la nueva República desde la noviolencia. Esta creatividad, herramienta clave de la estrategia noviolenta, se visualiza claramente con movimientos y propuestas muy presentes en las redes sociales, como por ejemplo Poesia per la República, Cafès per la República, Universitats per la República, Omplim Brussel·les, Salvem TV3, Raons per la República, Teresines per la República, Empaperem o Col·lectiu Emma.
1. Botey, J. 2011. La tradición de la noviolencia en Catalunya. Artículo publicado en la revista Por la Paz del ICIP (Número 7, marzo 2011)
2. Olivella, M. 2016. Alliberem-nos de la violència i la passivitat. Guia d’estratègia i acció noviolentes.
3. Xirinacs, Ll. M. 2006. Filosofia i pràctica de la no-violència.
4. Vicens, L., Tedó, X. 2017. Operació urnes. Editorial Columna.
Fotografía: Actividad de formación de En Peu de Pau, Barcelona, Otoño 2017: En Peu de Pau.
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