A las palabras, oídos;
a los fusiles, claveles.
Los derechos civiles, la (in)surgencia del Artivismo y el alumbramiento de las tecnologías sociales
En plena reconstitución mundial durante los años 50, cuando recién se suscribe la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la mayoría de los gobiernos, arraiga en las sociedades la conciencia sobre los derechos civiles desencadenando iniciativas diversas, incluso antagónicas en lo que respecta a los medios utilizados: a) acciones disruptivas, en oposición violenta al sistema, como la internacionalización del guerrillerismo a cargo del Che (1963-1967); b) acciones reactivas, en forma de confrontación noviolenta al sistema, como la negativa de Rosa Parks a levantarse de un asiento reservado a personas de raza blanca en el autobús de Montgomery (1955); y c) acciones proactivas, en forma de alternativa constructiva, como los “círculos de cultura” de Paulo Freire para la reflexión crítica de las personas sobre su posición en el contexto (1960-1964), los “grupos de autoconciencia” de las New York Radical Women, que popularizan la consigna «lo personal es político» (1967), o el “socialismo de rostro humano” de Alexander Dubček (1968). Éstas y otras muchas acciones parecen inspirar la redacción del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que entra en vigor a partir de marzo de 1976, y que es ratificado por el Estado español en julio de 1977.
Ese contexto propicia asimismo la (in)surgencia de las principales estrategias de artivismo o activismo social y político a través del arte. La Internacional Situacionista inspira la Investigación Militante ―laboratorio de observación, filtración y objetivación de la realidad en una misma―, así como el Culture Jamming ―interferencia y extrañamiento (contra)cultural. Mientras tanto, la campaña “Tucumán Arde” de Rosario (Argentina) avanza el Mediactivismo ―información documental crítica mediante dispositivos y soportes mediáticos no normalizados. Culture Jamming y Mediactivismo constituirán a su vez las bases de la Guerrilla de la Comunicación, estrategia de sabotaje mediático atribuida a colectivos como las Guerrilla Girls o Gran Fury. Por su parte, el Teatro rompe la cuarta pared, sale a la calle y se adentra en los barrios. Y en la línea de los Provos de Ámsterdam, ACT UP!, Mujeres Creando, la Women’s Action Coalition y posteriormente, Reclaim the Streets! (RTS), los Equipos Fiambrera, Chainworkers y Yomango consolidarán el formato artivista más conocido, la Acción Directa.
Las grandes estrategias artivistas han constituido un recurso habitual de las manifestaciones y acampadas contra el fundamentalismo mercantilista, la guerra y los recortes sociales
Paralelamente a las dinámicas artivistas, en el ámbito científico se investigan nuevos modelos de relación e interacción colectiva. En 1972 se publica el informe “Limits to Growth”, que alerta sobre la insostenibilidad del modelo de crecimiento global y predice su colapso en el plazo de 100 años. Ante esta evidencia y basándose en las dinámicas de grupo de Kurt Lewin, así como en su Teoría del Campo Psicosocial, Peter Senge aborda el desafío de ayudar a las personas y organizaciones a tomar conciencia sobre los patrones de pensamiento e interacción mediante los cuales recreamos el propio sistema que nos afecta. Complementariamente, a mediados de los 80, Marvin Weisbord propone «reunir todo el sistema en la habitación» y crea el Future Search (la Búsqueda de Futuro), método de facilitación grupal que anticipa toda una generación de Tecnologías Sociales1 entre ellas, la Democracia Profunda (Mindell, 1988), la Indagación Apreciativa (Cooperrider, Srivastva y Whitney, 1987-2001), el Open Space (Owen, 1992), el World Café (Brown e Isaacs, 1995) o el Change Lab (Scharmer y Jaworski, 2000).
El Change Lab o Laboratorio del Cambio precede a la Teoría ‘U’2, paradigma de tecnología social desarrollado por Otto Scharmer que, precisamente, toma el testigo de Senge de «cerrar el bucle de retorno entre la representación conductual [visible pero inconsciente] de las estructuras de las que formamos parte, y nuestra fuente [consciente pero invisible] de pensamiento» (2009: 53, 135). La Teoría ‘U’ ejercita la indagación sobre la intención de nuestras acciones, y la auto-observación desde cada quien y en grupo, de nuestro campo relacional, a fin de marcar el punto de inflexión para una transformación æfectiva (afectiva y efectiva) de nuestro entorno.
La propuesta de Asamblea Artivista
Hoy día observamos cómo la globalidad de la conciencia sobre los derechos civiles durante los 50, 60 y 70 ha ido sucedida de una progresiva alterglobalización consciente contra la economía corporativista. La alianza entre élites políticas y empresariales con el objeto de privatizar los recursos públicos, desregular los gobiernos y recortar el gasto social, así como la llamada “guerra contra el terror” declarada tras el 11 de septiembre de 2001 para imponer «terapias de shock y tabla rasa» (Klein, 2007) con iguales fines, han sido contestadas por un movimiento ciudadano glocal más interconectado cada vez: de la Seattle Battle a los Foros Sociales Mundiales e Intergalácticos y de ahí, a los sit-ins y campamentos en el centro de Beirut, en los templos de Yangon o frente al Landsdómur de Reikiavik; desde las jaimas saharauis de Gdeim Izik a la Qasba de Túnez, a la plaza Tahrir de El Cairo y a la Universidad de Saná; de la Puerta del Sol de Madrid a las plazas Síntagma de Atenas y Zuccotti Park del Bajo Manhattan, o al parque Gezi de Estambul.
Mientras que las cinco grandes estrategias artivistas ―Culture Jamming, Mediactivismo, Teatro Social (y dentro de éste, el Teatro del Oprimido, de Boal), Acción Directa e Investigación Militante―, han constituido un recurso habitual de las manifestaciones y acampadas contra el fundamentalismo mercantilista, la guerra y los recortes sociales, la Asamblea ha sido la herramienta por antonomasia; un instrumento activo, sólo que no creativo y, a menudo, caracterizado por la confrontación ideológica: un círculo vicioso de opiniones, reacciones, réplicas y contrarréplicas. Consecuentemente, para este artículo propongo un modelo æfectivo y creactivo ―artivista en esencia― de asamblea sobre la base de las tecnologías sociales: una Asamblea Artivista.
Propongo un modelo «æfectivo» y «creactivo» ―artivista en esencia― de asamblea sobre la base de las tecnologías sociales: una «Asamblea Artivista»
Cabe precisar que cada tecnología social obedece a un propósito diferente. Algunos métodos abordan los procesos en conjunto ―visión, análisis, diseño y ejecución―; mientras que otros refuerzan una o varias de sus etapas, como la puesta en escena, el diálogo, el abordaje de los conflictos, la toma de decisiones o el ensayo de prototipos. En este caso, la Asamblea Artivista se basa en tres tecnologías ―la citada Teoría ‘U’, el Design Thinking y el Dia-Tekhnē o Diálogo a través del Arte―, componiendo una estructura que combina nuestras tres principales fuentes de conocimiento: la cabeza (la razón, las ideas, el pensamiento), el corazón (la vivencia emocional), y las manos (la capacidad creadora) ―las tres haches del aprendizaje experiencial de John Dewey: Head, Heart and Hands.
Mapeo del contexto (Head):
• Puzle del escenario común ―conformado por el conjunto de piezas de las diferentes actoras (una o varias piezas por actora)―, el cual nos proporciona orientación mostrándonos dónde estamos cada cual y dónde queremos llegar.
• Identificación de las necesidades o retos compartidos o complementarios.
Relatos personales (Head + Heart):
• Construcción por parte de cada persona implicada de un relato que condense su vivencia directa o cercana de una determinada necesidad o reto compartido.
Interrelatos (Heart):
• Escucha empática del relato de la otra persona concentrando la atención, suspendiendo el juicio (esto es, desapegando y abriendo la intención) y poniéndonos en su lugar.
• Práctica de la escucha generativa contándonos e ilustrándonos dicho relato a nosotras mismas.
Ideas-Fuerza (Heart + Hands):
• Captura (como si de fotografías se tratara) de las impresiones, sensaciones, imágenes o metáforas inspiradas por la escucha; y traducción de éstas en Ideas-Fuerza (enunciados significativos verbales y/o gráficos).
Acción (Hands):
• Plasmación de las Ideas-Fuerza en elementos plásticos y construcción con dichos elementos de Escenarios de Futuro ―prototipos o maquetas de 3 dimensiones (si son estáticas) o de 4 dimensiones (si son secuenciales) donde se representan una, dos o tres pasos o acciones inmediatas―.
• Diseño de Environments (o transformaciones lúdico-simbólicas del entorno), así como de acciones o intervenciones a escala ciudadana: del taller a la plaza.
• Sesiones posteriores de monitorización de las acciones y mapeo de vías sucesivas.
En suma, la Asamblea Artivista ofrece a los colectivos, organizaciones y comunidades un formato proactivo de relación y sinergia cívica e intercultural, que nos sitúa ante el escenario social, político y económico del mismo modo que lo hace una artista ante su próxima obra.
1. Se llama Tecnologías Sociales a la aplicación del conocimiento científico a los sistemas humanos –no a la materia inerte- con la intención de ayudarlos a observarse y comprenderse a sí mismos. Este concepto es sinónimo de Tecnologías Blandas, o también de Tecnologías de la Emoción y la Comunicación, es decir, el conjunto de técnicas y métodos aplicados al desarrollo de las relaciones e interacciones humanas.
2. Para mayor detalle sobre la Teoría “U” recomiendo participar o visitar el curso U.Lab: Transforming Business, Society, and Self en la plataforma edX y en https://uschool.presencing.com/ulab
Fotografía : Gorka Linaza
© Generalitat de Catalunya