Tras una larga carrera como académico dedicado a la investigación para la paz y los conflictos, recientemente he llegado al convencimiento de que los que formamos parte de las comunidades de académicos y políticos que trabajan con temas relativos a la paz y el conflicto hemos de ir más allá de nuestra confortable esfera académica para desarrollar nuevas fuentes de creatividad e innovación. Para mí, la manera ideal de hacerlo fue unir dos de mis pasiones, que a menudo no están conectadas y que a algunos incluso pueden parecerles contradictorias, que son mi amor por el deporte, como actividad de ocio, y mi interés profesional y político en la resolución de conflictos y la construcción de la paz. En este artículo explico por qué me entusiasma la idea de vincular la resolución de conflictos con el deporte. Pero primero veamos algunos de los problemas que plantea esta combinación.
Debemos reconocer que hay aspectos del deporte, como empresa comercial global, que no encajan bien con los valores de la resolución de conflictos. En primer lugar, a menudo el deporte es apoyado por las estrategias de marketing y publicidad de poderosas empresas multinacionales. Cada vez más y recientemente en particular el fútbol se ha convertido en un ámbito en que personas muy ricas y también Estados pagan sumas de dinero impresionantes para patrocinar o incluso comprar clubes de primera línea, en Inglaterra, Francia y España. Los ingresos globales totales del deporte en 2015 superaron los 145.000 millones de dólares 1. Se trata también de un ejercicio de «diplomacia del fútbol», una manera de usar el soft power, deportivo y cultural, para hacerse un lugar en las arquitecturas políticas y de seguridad de Europa y Norteamérica y, para los países en desarrollo de Asia, África y Asia Central, de reforzar su imagen y establecer su hegemonía regional 2. Asimismo, es bien sabido que un partido de fútbol desencadenó una guerra entre Honduras y El Salvador en 1969 3 y que las rivalidades entre clubes de grandes ciudades de todo el mundo son vistas, a menudo, como una forma de guerra civil simbólica, en la que se enfrentan los seguidores de equipos rivales. En Italia, Roma y Lazio; en Escocia, Glasgow Celtic y Glasgow Rangers; en Turquía, Fenerbache y Galatasaray; en Serbia, Estrella Roja y Partizan de Belgrado; en Argentina, Boca Juniors y River Plate; en Colombia, Independiente Santa Fe y CD Los Millonarios. Estas rivalidades han sido creadas y sostenidas por una historia de división social basada, según los casos, en la religión, las diferencias de clase y de estatus, la pertenencia a un grupo étnico o la separación geográfica. A veces, y ciertamente en el caso de la que quizá puede considerarse la mayor rivalidad entre clubes de todas, el Clásico, que es como se denominan los partidos entre el Real Madrid y el FC Barcelona, en España, las divisiones se basan directamente en diferencias políticas. El FC Barcelona representa la identidad y el orgullo catalanes contra el control centralista del Estado español, con base en Madrid, desde donde el dictador Franco reprimió las aspiraciones catalanas de mayor autonomía política, cultural y lingüística. Esta competencia política ha sido incorporada ritualmente a los partidos anuales entre los dos clubes, hasta tal punto que el Clásico ha sido descrito como una recreación de la Guerra Civil Española 4.
Debemos reconocer que hay aspectos del deporte que no encajan con los valores de la resolución de conflictos
Es obvio que el deporte y, en particular, el fútbol, el juego más popular del mundo, puede ser un ejercicio de política de poder e impulsar la agresividad y la división competitiva y, en este sentido, no tiene nada que ver con la construcción de la paz o la resolución de conflictos. Otros rasgos negativos frecuentemente asociados con muchos deportes incluyen el dopaje y la corrupción y el amaño de partidos, especialmente en relación con las organizaciones de apuestas. El nuevo Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte de Transparencia Internacional 5 afirma que más de 1.000 eventos deportivos celebrados en los últimos cinco años, incluidas las Olimpiadas y la Copa Mundial de Fútbol, han sido amañados, lo cual socava fatalmente el valor fundamental del deporte, el juego limpio. Transparencia Internacional reclama una serie de reformas que pongan de nuevo el deporte bajo el control de las comunidades a las que ha pertenecido históricamente, con la participación como principio rector.
Entonces, ¿por qué la pasión? Los aspectos negativos citados son conocidos y han sido recogidos por los medios de comunicación. Lo que quizá sea menos conocido o, en todo caso, menos tratado por los medios, es el poder del deporte para unir, para crear puentes entre comunidades divididas, para motivar a jóvenes marginados que de otro modo estarían en bandas violentas o se dedicarían a cometer actos delictivos y, en general, para inspirar a las personas en el uso del poder de convocatoria del deporte para luchar por unos objetivos más ambiciosos como son la resolución de conflictos y la construcción de la paz. Algunos ejemplos y estudios de casos positivos pueden ayudar a explicar cómo funciona.
El deporte como medio de resolución de conflictos cuenta con una serie de eminentes defensores en el mundo de la resolución noviolenta de conflictos. El libro de Charles Korr y Marvin Close 6 explica la historia de cómo los líderes del Congreso Nacional Africano encarcelados en la tristemente célebre isla Robben formaron su propia liga de fútbol, la Makana Football Association, y la gestionaron siguiendo las normas de la FIFA, usando el fútbol y su disciplina para ayudarles a sobrevivir en el duro entorno de la cárcel y para crear un espacio en el que reivindicar la dignidad e incluso crear una forma básica de organización democrática. A través de esta experiencia, Nelson Mandela se dio cuenta del poder del deporte para motivar e inspirar y, en sus primeros años como presidente del recién liberada Sudáfrica, lo usó como parte del proceso de reconciliación entre los afrikáneres, obsesionados con el deporte, y los igualmente apasionados habitantes negros de los asentamientos. Sudáfrica fue sede de la Copa del Mundo de Rugby en 1995 y Mandela, en un acto lleno de potente simbolismo, se puso la camiseta del capitán blanco del equipo, Francois Pienaar. La historia fue llevada al cine en la célebre película Invictus, basada en el libro de John Carlin 7.
El deporte tiene poder para unir, crear puentes entre comunidades divididas y motivar a jóvenes marginados
Hay muchos ejemplos contemporáneos, demasiado numerosos para mencionarlos todos en detalle. Hablaré solo de algunos, que nos servirán para demostrar el poder del deporte para crear puentes dentro de un grupo y entre grupos 8. La Fundación del Fútbol Club Barcelona puso en marcha el programa FutbolNet, basado en el diálogo y la enseñanza de habilidades para la resolución de conflictos. FutbolNet es un proyecto que tiene como objetivo educar a niños y jóvenes a través de la promoción de los valores positivos que se desarrollan en la práctica del deporte, en este caso, del fútbol. En la temporada 2011/12, la Fundación FC Barcelona llevó a cabo su programa en cinco áreas de Cataluña: Banyoles, Olot, Salt, Santa Coloma de Gramenet y el barrio del Carmel, en Barcelona. FutbolNet se inspiró y desarrolló a partir de experiencias en Colombia y también a través de la organización streetfootballworld, que desarrolló una metodología original basada en la herramienta Fútbol3, fundamentada en los principios del diálogo y la mediación. De manera similar, en la liga inglesa la mayoría de clubes mantienen estrechas relaciones con las comunidades en las que se encuentran, llevando a cabo una amplia variedad de actividades educativas, de las que a menudo no se hace publicidad, que enriquecen la vida de la comunidad y contribuyen a la resolución de conflictos localmente. Muchos también tienen programas de difusión en el extranjero. Estas actividades raramente son objeto de la difusión de la que sí gozan las grandes estrellas del deporte 9.
El caso del futbolista Drogba ilustra el potencial del fútbol para contribuir a la resolución de conflictos y la reconciliación al más alto nivel
Pasando del nivel de base al nivel de la seguridad regional y continental, un caso muy notable que ilustra el potencial del fútbol para contribuir a la resolución de conflictos y la reconciliación al más alto nivel, en África, es el del futbolista marfileño Didier Drogba y su intervención en la guerra civil de Costa de Marfil. En septiembre de 2002, tras la sublevación de algunos miembros del ejército, se produjeron tensiones entre los musulmanes del norte del país y el sur, controlado por el Gobierno, que desencadenaron una guerra civil en la que murieron miles de personas. Drogba es un futbolista profesional que ha jugado sobre todo en Inglaterra y Francia, pero también representa a Costa de Marfil en torneos internacionales. Es católico, pero su mujer, originaria del vecino Mali, es musulmana. En abril de 2010, Drogba fue incluido por la revista Time, en Estados Unidos, en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo. La razón fue la repercusión de su llamamiento, hecho después de que el equipo de Costa de Marfil se clasificara para la Copa del Mundo de 2006, para que se pusiera fin a los combates en el país, un llamamiento que condujo a un acuerdo de alto el fuego de cinco años. Drogba fue también decisivo para el cambio de ubicación de un importante partido de clasificación de la Copa Africana de Naciones que finalmente se jugó en la ciudad de Bouake, un bastión rebelde en el centro de Costa de Marfil, un traslado que fortaleció los sentimientos de unidad nacional y reforzó los apoyos al proceso de paz. La estabilidad fue restaurada y se inició un proceso de paz supervisado y apoyado por la Operación de las Naciones Unidas en Côte d’Ivoire (UNOCI), una misión de mantenimiento de la paz desplegada en abril de 2004. Drogba continúa con su trabajo humanitario y por la paz a través de la Fundación Didier Drogba 10. En 2006, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, la Oficina de las Naciones Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz y el Comité Olímpico Internacional (COI) formaron un partenariado para usar el deporte en el marco de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
En los primeros años del siglo XXI, el rol del deporte en la construcción de la paz ha evolucionado tanto que, actualmente, puede ser considerado un área específica de la construcción de la paz y muchas organizaciones, desde las Naciones Unidas hasta una amplia variedad de proyectos locales de base, han usado el deporte como herramienta de resolución de conflictos. Hoy estas actividades se conocen como el sector del deporte para el desarrollo y la paz. Trabajar con este sector, que constituye una importante red global en la que participan miles de organizaciones de la sociedad civil y cientos de miles de personas jóvenes, es un gran estímulo y una vibrante oportunidad para innovar en el trabajo de construcción de la paz y resolución de conflictos 11.
1. Esta cifra es una estimación de PriceWaterhouseCoopers, citada por The Globalist, en el artículo FIFA and Company: The New Mafia?, 28 de febrero de 2016
2. Grix, J. y Lee, D. Soft Power, Sports Mega-Events and Emerging States: The Lure of the Politics of Attraction, Global Society, 27:4, 521-536, septiembre de 2013.
3. Goldblatt, D. The Ball is Round: A Global History of Football, Londres: Viking, 2007, 533-534.
4. Ball, P. Morbo: The Story of Spanish Football, WSC Books: Web publishers, 2011.
5. Véase el Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, Transparencia Internacional, 23 de febrero de 2016.
6. Korr, C. y Close, M. More than Just a Game: Football vs Apartheid. Londres: Collins, 2009.
7. Carlin, J. Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game That Made a Nation. Londres: Atlantic Books, 2010.
8. He escrito sobre este tema con más detalle en Ramsbotham, O. Woodhouse, T. y Miall, H. Contemporary Conflict Resolution. 2016
9. Sobre Barcelona, véase Fundació FC Barcelona, FutbolNet: Qui té valors guanya: programa educatiu per a infants i joves, Barcelona: Fundació FC Barcelona, 2013. En inglés, véase Woodhouse, T. More than a Game: A Case Study of Football in the Community Initiatives in England, en Deporte y Resolucion de Conflictos, Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya: epublication 2014, ya no disponible en línea. Disponible a través del autor.
10. Véase Drogba, D. Didier Drogba: The Autobiography. London: Aurum Press, 2008, y la Fundación Didier Drogba.
11. Para saber más sobre esta red y sobre cómo participar en ella véase la Plataforma Internacional para el Deporte y el Desarrollo.
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