Varios países en América Latina están actualmente experimentando elevados e intensos niveles de violencia a pesar de que se considera que en su territorio (ya) no existe un conflicto armado en el sentido clásico de la expresión. Con sus idiosincrasias locales, suele tratarse de una violencia que combina pobreza y exclusión con altos niveles de agresiones, amenazas contra la vida e integridad física y un cúmulo de violaciones contra los derechos humanos que hacen difícil o imposible el desarrollo de un proyecto de vida –individual o colectivo– digno. Detrás de estas violencias, se suman actores públicos y privados, locales e internacionales, cuyo accionar se ve facilitado por un clima de impunidad y corrupción. Las consecuencias de políticas económicas neoliberales y de una arraigada cultura machista tampoco son ajenas a las distintas manifestaciones de dicha violencia.
Como institución de promoción y construcción de paz, desde el ICIP consideramos necesario profundizar en el análisis de estas situaciones de violencias multidimensionales o plurales y de las estrategias para revertirlas. Es preciso hacer seguimiento de las políticas públicas de prevención y hacerlo desde una perspectiva pacifista y feminista, es decir, poniendo en el centro la vida, los cuidados, la dignidad humana, la convivencia, la igualdad de oportunidades y la no discriminación. Consideramos también necesario dar visibilidad y valor a los mecanismos sociales de resiliencia, así como a las valientes iniciativas ciudadanas de resistencia pacífica, de lucha por los derechos humanos, de defensa del territorio y del tejido social que se articulan en estos complejos y peligrosos contextos.
México es uno de los países azotados por la violencia más paradigmáticos. Las cifras son alarmantes: de acuerdo con datos oficiales, en el año 2018 fueron asesinadas 33.753 personas. Más muertes que las que producen los combates en países como Yemen o Afganistán1. Más muertes que la suma de los fallecimientos en atentados terroristas en todo el mundo2. Al número de víctimas por homicidio doloso hay que añadir las más de 40.000 desapariciones forzadas, así como el enorme abanico de otras violaciones de los derechos humanos. La superposición de delincuencia común, presencia del crimen organizado, corrupción, impunidad y extralimitaciones de las fuerzas de seguridad alimentan la sofocante situación de inseguridad en muchas zonas del país.
Las cifras son alarmantes: en el año 2018 fueron asesinadas 33.753 personas en México. Más muertes que las que producen los combates en países como Yemen o Afganistán
Otros países de América Latina presentan tasas de violencia igual o más escandalosas. Sin embargo, en México existen una serie de factores propicios a respuestas sociales, políticas y culturales que superan las políticas basadas en la securitización.
El giro en el discurso político es uno de ellos. Efectivamente, el el presidente Andrés Manuel López Obrador, elegido hace poco más de un año, se desmarcó en su campaña electoral de la línea belicosa de sus antecesores y se refirió, aunque de forma confusa y quizá precipitada, a medidas de justicia transicional. En enero de 2019, ya iniciado su mandato, señaló que la guerra contra el narcotráfico había terminado. Aunque ello no ha significado hasta la fecha una reducción de los niveles de violencia ni una apuesta decisiva por la desmilitarización de la seguridad pública, sí se percibe una evolución hacia un paradigma más favorable al bienestar social.
Otro potencial transformador fundamental que tiene México es la amplia capacidad de movilización e incidencia de una sociedad civil inquieta y vibrante y de una academia crítica y de gran calidad. Organizaciones de derechos humanos, comunidades afectadas por la violencia y muchos centros académicos siguen trabajando y haciendo propuestas sostenibles de construcción de paz, entendiendo que esta no debe limitarse a una cuestión meramente de seguridad.
En México existen una serie de factores propicios a respuestas sociales, políticas y culturales que superan las políticas basadas en la securitización
Las alternativas de construcción de paz que se desarrollen en México pueden ser de gran inspiración para crear estos nuevos instrumentos y estrategias en muchas otras partes del mundo. Ante el reto de estas violencias, hacen falta diagnósticos que aborden su complejidad y las responsabilidades de los distintos actores. Hacen falta nuevos instrumentos y estrategias para transformar estos “nuevos” conflictos que vayan más allá de una pacificación basada en la imposición de una seguridad armada. La paz no se puede imponer a partir de la coerción, la amenaza y el uso de la fuerza.
Esta publicación ha sido preparada en el marco del I Foro Internacional para la Construcción de Paz en México que se celebra los días 25, 26 y 27 de septiembre de 2019 en Barcelona. Se trata de una actividad organizada conjuntamente por Serapaz, la Taula per Mèxic y el ICIP con el propósito de dar visibilidad, analizar y debatir sobre las oportunidades y esfuerzos que existen hoy en México para reducir los índices de violencia, crear condiciones que permitan avanzar en una convivencia sana y fortalecer una cultura de paz. Los textos que aquí se presentan pretenden aportar elementos para el debate.
En el artículo introductorio, Alberto Solís, director de la ONG Serapaz, nos propone justamente una lectura crítica de los primeros meses de mandato del presidente López Obrador, destacando a la vez ciertas aperturas para la transformación social y las significativas y persistentes carencias para llegar a un cambio real. Más que medidas de pacificación basadas en el orden y la seguridad, el país necesita, opina el autor, una estrategia integral de construcción de paz.
Algunas de las propuestas más novedosas en relación con los gobiernos anteriores tienen que ver con la introducción de conceptos de justicia transicional. Pero ¿cómo debemos entender la justicia transicional en un contexto como el mexicano? ¿De dónde y hacia dónde está transitando el país? ¿Qué mecanismos de los muchos que ofrece la justicia transicional serían aplicables? ¿Y en qué errores no habría que caer que generen falsas expectativas o tergiversen el sentido de la justicia? Cristián Correa, del Internacional Centre for Transitional Justice, nos ofrece buenas ideas al respecto.
Esta publicación ha sido preparada en el marco del I Foro Internacional para la Construcción de Paz en México que se celebra los días 25, 26 y 27 de septiembre en Barcelona
A continuación, proponemos tres artículos dedicados a colectivos que no solamente se ven especialmente afectados por la violencia, sino que también son actores clave para denunciarla y prevenirla y para formular propuestas pacíficas transformadoras: mujeres, jóvenes y pueblos y comunidades indígenas.
En el primero de ellos, la investigadora y representante de la Taula per Mèxic, Sonia Herrera, recuerda que además de fijarnos en la experiencia de las mujeres ante el conflicto y la violencia, hay que incluirlas, de acuerdo con el espíritu de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en el diseño y ejecución de las medidas contra la violencia. También es necesario, subraya, “repensar el concepto mismo de seguridad en su conjunto, poniendo la vida y la ética del cuidado en el centro, desde las periferias y las fronteras, desde los feminismos no hegemónicos”.
Por su parte, Alicia Reynoso, psicóloga y activista en movimientos estudiantiles, nos explica cómo los y las jóvenes de México han pasado de cierta indiferencia por lo político a estar muy conectados con la situación de extrema violencia que vive el país y se han ido organizando –en ámbitos universitarios y otros– para articular espacios de resistencia y transformación. En este sentido las redes sociales han sido clave para la concienciación, indignación y movilización.
Las alternativas de construcción de paz que se desarrollen en México pueden ser de gran inspiración para crear estos nuevos instrumentos y estrategias en muchas otras partes del mundo
Francisco López Bárcenas, reconocido profesor, investigador y asesor de comunidades indígenas, explica en el siguiente artículo cómo la situación de violencia afecta a estas poblaciones, las cuales tienen que hacer frente igualmente al impacto de un modelo económico extractivista que pone en peligro el medio ambiente en sus territorios y distorsiona las relaciones sociales en sus comunidades. Ante estas adversidades, los colectivos indígenas han sido capaces de desarrollar acciones pacíficas de resistencia y de defensa de la Madre Tierra.
Asimismo, hemos querido referirnos en este monográfico a las personas migrantes, duramente perseguidas y criminalizadas en México, especialmente a raíz de la presión ejercida por la actual administración norteamericana y la creciente xenofobia que se experimenta en esta y otras regiones del mundo. Se hace necesario destacar en contraste y a modo pedagógico, la increíble respuesta solidaria hacia las personas migrantes que muchos mexicanos y mexicanas han desarrollado en respuesta a las condiciones hostiles en las que estas personas intentan llegar a la frontera de los Estados Unidos. También nos ha parecido interesante incluir la visión que tiene Pietro Ameglio sobre las caravanas que se forman con este objetivo. Este referente latinoamericano en resistencia civil noviolenta nos presenta estas marchas como una acción colectiva reivindicativa noviolenta.
Para el último artículo, solicitamos a Gloria Abarca, doctora en Estudios Internacionales de Paz, Conflictos y Desarrollo y profesora de educación primaria y secundaria, que desarrollara cómo la cultura de paz es también una herramienta de transformación social en México. En este sentido, las acciones de educación para la paz resultan ser urgentemente necesarias, a pesar de todos los retos que conllevan en contextos tan drásticamente marcados por la violencia. La autora profundiza en la cuestión a través de ejemplos concretos de capacitación en educación para la paz en las que ella misma ha tenido un papel activo.
Nuestro reconocimiento a los y las defensoras de los derechos humanos y del medio ambiente, los y las lideresas comunitarias, los y las periodistas que ponen su vida en peligro para que hoy sea posible plantear caminos para la construcción de una paz justa y duradera en México
Es un placer poder incluir en el presente número de la revista Por la Paz una entrevista a Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y activista por los derechos humanos de larga trayectoria. Ella nos llama la atención sobre cómo la violencia afecta de manera específica a niños, niñas y adolescentes, un colectivo en situación de especial vulnerabilidad que requiere más visibilidad y medidas específicas de protección. Tuvimos además la oportunidad de conversar con ella sobre actuaciones que se llevan a cabo desde algunas instituciones mexicanas para avanzar en el camino de la construcción de la paz.
Finalmente, en este monográfico encontrarán una breve recomendación de recursos que nos han parecido interesantes para profundizar un poco más en temas abordados en los distintos artículos. La cantidad de materiales (ya sean libros, informes, documentales, análisis, obras artísticas, páginas web, etc.) que existen sobre la situación de violencia en México es tal que no nos ha sido posible incluirlos todos. El hecho de que no aparezcan en esta modesta recopilación no significa que no apreciamos su calidad y utilidad.
Desde el ICIP queremos agradecer muy sinceramente a todos los autores y demás personas que, con sus ideas, consejos, ediciones, traducciones, revisiones y maquetación, han hecho posible esta publicación. Quisiéramos también expresar aquí nuestro reconocimiento hacia los y las defensoras de los derechos humanos y del medio ambiente, los y las lideresas comunitarias, los y las periodistas que ponen su vida en peligro para que hoy sea posible plantear caminos para la construcción de una paz justa y duradera en México.
1. Pettersson T., Högbladh S., Öberg M. “Organized violence, 1989-2018 and Peace agreements” a Journal of Peace Research. 56(4): 589-603. 2019.
2. Institute for Economics & Peace. Global Terrorism Index 2018: Measuring the impact of terrorism, Sydney, noviembre 2018. Disponible aquí http://visionofhumanity.org/reports (consulta realizada el 4 de septiembre 2019).
Fotografía #CaravanaMX para la Paz
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