En profundidad
Las mujeres en la construcción de paz en un país polarizado: Colombia. Retos y desafíos
Equipo Paz
Las heridas de la guerra tienen profundas consecuencias para quienes viven en medio del conflicto. Muchas de esas consecuencias son invisibles pero igualmente profundas. Entonces, la construcción de paz en un país en conflicto plantea grandes retos para la sociedad que no pueden ser resueltos de un día para otro. La búsqueda de una paz sostenible y duradera pasa por entender que se requiere un trabajo de largo aliento que busque comprender lo ocurrido, identificar y sanar las heridas y las desconfianzas producidas por la guerra. Devolver la humanidad al otro y a la otra. Pasa por un proceso de desmilitarización del pensamiento y de la vida cotidiana. Empezar a pensar en términos de ganar la paz y no simplemente de ganar la guerra y poner fin a la violencia armada.
¿Qué se necesita para lograr una paz en estos términos? Se necesita el trabajo de todos y todas, hace falta que desde los diferentes sectores sociales, políticos, económicos y étnicos del país haya personas con la voluntad y la capacidad de romper estereotipos y tejer lazos de diálogo y confianza. El país necesita una visión de futuro que responda a los anhelos y los derechos de todas las perspectivas sociales y políticas.
En esta tarea las mujeres están llamadas a jugar un papel protagónico. Las mujeres de diversos sectores, a nivel local, nacional e internacional, han evidenciado la necesidad de construir propuestas para la paz sostenible no sólo para ellas, sino desde ellas para la sociedad, superando así la visión de que las mujeres sólo debaten asuntos de mujeres. Además, han evidenciado que debido a la forma diferencial en la que han sido socializadas pueden contribuir con nuevos ingredientes y herramientas para la construcción de la paz, ya que han logrado visibilizar que el cuidado cotidiano del otro/a y de su entorno es fundamental para la vida. La vida debe estar en el centro del debate, mantenerla y valorarla debe ser parte fundamental para lograr una paz sostenible.
En Colombia, debido a las diversas formas de violencia, al entrecruce de conflictos, la sociedad está segmentada, fracturada, altamente polarizada, desconfiada, lo que impide que se construyan propuestas desde personas diversas, que se llegue facilmente a acuerdos sin que en cierta medida se sienta que es necesaria una derrota simbólica previa. Es por ello que mujeres de diversos sectores de la sociedad civil han visto la necesidad de reconstruir la confianza en quien es diferente, con el fin de construir propuestas y acuerdos comunes sobre las estrategias y mecanismos necesarios para lograr una paz sostenible; superando primero el desinterés de algunos sectores y logrando el diálogo entre mujeres con capacidad de incidencia en diferentes ámbitos de la sociedad.
La construcción de propuestas de paz desde las mujeres, en su diversidad, con sus diferencias ideológicas y políticas, es una contribución material a la construcción de paz duradera y a la generación de mecanismos que permitan que la paz sea entendida como un proceso que incluye a toda la sociedad y no sólo a los armados; posibilitando procesos de reconstrucción de la confianza en la otredad y de generación de propuestas desde las mujeres que mantengan su impacto local, logren un impacto sistemático en el ámbito nacional (en diversos sectores: sociedad civil organizada, empresa, gobierno, comunidades minoritarias) y se articule a las apuestas de paz, desde y con las mujeres, en el escenario internacional.
Desde allí hay una serie de iniciativas de mujeres que han venido surgiendo en este último momento, que son resultado de los múltiples esfuerzos que de manera permanente se han mantenido aún en los momentos más álgidos del conflicto armado.
Así, hoy tenemos múltiples expresiones que a diferencia de otros sectores están tratando de acercarse a pesar de sus discrepancias e impactar conjuntamente en temas sustantivos de la actual mesa de negociaciones y en temas estratégicos a futuro como la necesidad de desarmar la palabra y profundizar en el ejercicio de la democracia con todas sus consecuencias.
En relación a la mesa de negociaciones, el movimiento de mujeres ha planteado que si bien ese proceso es un elemento clave para la paz, no es el único. "Los armados están en nuestra agenda, pero nosotras no estamos en la agenda de los armados", es una frase que se usa con frecuencia para decir sintéticamente que para nosotras es fundamental terminar la guerra y hacer una transición hacia una discusión política en la que quepamos todos y todas y no esté cruzada por las armas; que las discusiones y luchas del pueblo colombiano no deben ser delegadas a los armados.
Pero la oportunidad de la mesa de negociaciones no es un asunto pequeño. Como lo decíamos, es uno de los componentes trascendentes. En este sentido, los siguientes son cinco puntos que en general las mujeres colombianas estamos pidiendo en el marco de la mesa de negociaciones.
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Inclusión de mujeres en los paneles de negociación respetando los acuerdos de la Resolución de 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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Cese al fuego durante las negociaciones
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Cumplimiento de la Ley de Víctimas;
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Verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado.
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Continuidad de la mesa hasta que se logre un acuerdo para el cese de la confrontación.
Fuera de la mesa de negociaciones las mujeres creemos que hay un proceso de construcción de paz que implica una transformación ética profunda que involucre a todos y todas y que comporta:
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Reconocer y superar el profundo dolor causado por todas las violencias que nos atraviesan desde hace décadas.
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No aceptar las prácticas individualistas, oportunistas, corruptas, incluso criminales presentes en todos los espacios, sectores y grupos sociales del país.
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Cuestionar nuestras rabias y desconfianzas de-construyendo prejuicios e imaginarios pre-establecidos.
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Reconocer los aportes que todas las personas ofrecemos para una comprensión compartida de la realidad.
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Construir una idea y una práctica de "justicia justa" y de garantía de no repetición para todos y todas que permita conocer la verdad y no perder la memoria de lo ocurrido.
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Transformar nuestras prácticas cotidianas en prácticas de respeto por los derechos de todas y todos.
Las mujeres en Colombia estamos transitando un difícil camino hacia la construcción de una paz sostenible y duradera que requiere el acompañamiento y respaldo de la mayor cantidad de mujeres en todo el mundo. Esperamos contar con él.
El equipo de Paz de Ciase esta conformado por Rosa Emilia Salamanca G, Carolina Dávila y Paula Valentina Gamez