EN PROFUNDIDAD
Del carácter científico y del carácter ideológico de las Ciencias Sociales
Jaume Botey
El informe "Anàlisi dels llibres de text de Ciències Socials des d'una perspectiva de Pau (quart d'ESO, 2008-2011)" es el primer resultado del observatorio "Libros de texto y material educativo" creado por el Instituto Catalán Internacional para la Paz en el marco de la Ley del Parlamento de Cataluña de julio de 2007.
Es loable la voluntad que la máxima instancia política de Cataluña, el Parlamento, quiera ser informado y orientar los criterios que deben guiar los materiales escolares. Efectivamente, aunque el currículum como pauta general sale del Gobierno, la elaboración concreta deja un amplio espacio de maniobra en manos de las empresas editoriales y de los autores. Por otro lado, el implícito reconocimiento del carácter que, de hecho, tiene la educación, es un hecho político.
No hacemos más que repetir una de las tesis importantes de Freire: la naturaleza histórica y política del hecho educativo. Y en consecuencia, así como cada "polis", cada pueblo, tiene que poder debatir, decidir y materializar su proyecto de sociedad, que es un proyecto político, también debe poder definir el proyecto educativo que quiere para sus jóvenes.
Esta dimensión penetra en todos los aspectos de la educación: modelo de gestión, recursos, etc. Pero lo hace de manera especial en los valores que sustentan las Ciencias Sociales. El conocimiento del entorno, del territorio, de sus riquezas y posibilidades, y el conocimiento del pasado, de las raíces, de las sacudidas y los logros del colectivo del que formamos parte, son imprescindibles para construir una comunidad que quiera construir su futuro. Por eso las Ciencias Sociales son un lugar privilegiado para la transmisión de valores. Así fue considerado ya en 1857, en la Ley Moyano, la primera Ley de Educación del Estado español, cuando ésta estableció que la Historia y la Geografía formarían parte del "corpus" principal de las materias que debían cursar los estudiantes.
Hemos analizado, pues, el tratamiento que los libros de texto hacen del concepto Paz. La Paz entendida no sólo como ausencia de guerra o de violencia física y en la dimensión militar, sino la Paz en un sentido positivo y más amplio: la paz que brota de la justicia y del desarrollo humano armónico de una sociedad, en referencia al conflicto social como una de las principales causas de la violencia estructural de una sociedad, la paz en el sentido político de convivencia democrática y respeto a los derechos humanos, la paz desde la perspectiva de género, la paz resultante de considerar la diversidad cultural, étnica y lingüística como una riqueza, y la paz con la naturaleza, fruto de la estima al medio ambiente y que prevé un crecimiento sostenible. Hemos observado si el tratamiento de cada uno de estos aspectos responde a criterios científicos y objetivos, explicados con rigor. Hacerlo así, con elementos contrastados y críticos, sin sectarismos, supone ya una explicación impregnada de valores.
El resultado del análisis es que, en general, los libros de texto editados en Cataluña son unos buenos instrumentos en la educación para la Paz. Por otro lado, editoriales y autores deben someterse al marco del "currículo" que proviene del MEC y de la Consejería. Se trata de un condicionante importante porque a veces los criterios del "currículo" pueden no coincidir con los criterios que los autores quisieran. Por ejemplo, en estos currículos todavía hay un excesivo peso de la cronología, del modelo de la historiografía positivista que hace de las élites políticas, económicas o militares las protagonistas principales de la historia, o son predominantemente eurocéntricos.
A pesar de estos condicionantes hay que resaltar en nuestros libros
- Un alto grado de objetividad, de rigor historiográfico y al mismo tiempo de compromiso con los valores en cada uno de los seis apartados, eliminando los contenidos patrióticos o mitológicos. No hacen falta moralismos superpuestos. Los juicios morales aparecen en la comprensión de lo que pasó.
- Resalta un notable esfuerzo en el equilibrio entre el necesario dominio de la cronología y al mismo tiempo la necesaria explicación de las causas de los conflictos, así como el equilibrio entre la lectura de la historia vista desde las élites y la historia vista desde la base o clases populares.
- Finalmente también se valora positivamente el equilibrio entre los contenidos y el instrumental didáctico que debe incluir todo manual: gráficos, mapas, ejercicios, utilización de las nuevas tecnologías, etc.
Estas valoraciones positivas no esconden los aspectos críticos que se han encontrado y que se ponen de manifiesto en el informe. Para obviarlos en futuras ediciones se hacen una serie de recomendaciones para cada una de las dimensiones de Paz que se han considerado. Sería deseable que tanto administraciones como editoriales y autores las tuvieran presentes.
Este informe es una pequeña parte del esfuerzo que la administración debe hacer con el objetivo de ir construyendo materiales educativos con criterios fiables y contrastados. La sociedad en general, empresas, autores, profesionales de la educación, el sistema educativo en su globalidad también debe aportar sus criterios. Se trata de un proceso colectivo de creación de complicidades sin las cuales no será posible el objetivo que pretendíamos: la educación para la Paz en el contexto más amplio de construir la "polis", hacer "ciudadanos".