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Continúa el proceso de paz en Colombia

Un nueva ronda de negociaciones empezó en la Habana el pasado 23 de octubre entre las FARC y el Gobierno de Colombia. Las conversaciones de paz se iniciaron en Oslo en noviembre del año pasado y continuaron en La Habana un mes después. El objetivo es poner fin a un conflicto armado que hace más de 50 años que se inició y que ha incluído tráfico de drogas, secuestros y terrorismo.

Las conversaciones de paz cuentan con una agenda de seis puntos: reforma del suelo rural, participación política de las FARC, desarme de la guerrilla, tráfico de drogas, derechos de las víctimas del conflicto e implementación de un tratado de paz. En mayo se consiguió un acuerdo en el primer punto, del cual sólo se sabe que se centra en el pequeño productor y en la creación de un Fondo de Tierras para la Paz encargado de la redistribución de tierras entre aquellos habitantes rurales que no tienen, o que no disponen suficientes, para poder trabajar.

La nueva ronda de conversaciones tiene un objetivo claro, y es el de conseguir un acuerdo en el segundo punto, el de la participación política, para el cual las FARC han presentado una lista de 99 propuestas. Desde mayo, sin embargo, los diálogos se han estancado y pueden verse afectados por las elecciones legislativas y presidenciales del año 2014. Al respecto, el presidente Santos asegura que prioriza el proceso de paz a su reelección y las FARC están dispuestas a aceptar una pausa en las negociaciones mientras duren las elecciones.

El último intento de negociar la paz ocurrió entre 1999 y el 2002, en un proceso caracterizado las condiciones previas de un alto el fuego y la designación de un área desmilitarizada para las FARC. El proceso finalizó de forma abrupta, ya que se acusó a las FARC de importar armas a la zona desmilitarizada, y fuerzas rebeldes secuestraron un avión con el senador Jorge Gechem y la candidata presidencial Ingrid Betancourt.

En el actual proceso, sin embargo, no se ha decretado ningún alto al fuego y, por lo tanto, el ejército sigue realizando sus acciones en contra de la guerrilla. Las FARC se han comprometido a no llevar a cabo secuestros, pero no renuncian al resto de sus actividades. La buena voluntad en el proceso queda demostrada por la continuidad de las negociaciones, incluso después que el ejército matara al líder de las FARC que inició este proceso.