En profundidad
El agua ¿Un obstáculo para la paz en Palestina?
Ferran Izquierdo
La zona de la cuenca del río Jordán y de los acuíferos de Cisjordania es uno de los centros de la conflictividad internacional por los recursos hídricos. Las causas de los conflictos se tienen que buscar en la carestía, la falta de fuentes alternativas, la situación de dependencia en que se encuentran algunos de los actores dada la relación de poder en la cuenca, y por las funciones políticas, económicas y de seguridad del agua. Se añade a estos factores la superposición de la disputa por el agua al conflicto político y una distribución de los recursos basada en la conquista, con lo que la percepción de injusticia se impone entre los actores árabes.
Las diferencias en el consumo de agua se reflejan tanto en el volumen total como en los usos de regadío y doméstico. La posición de los israelíes y de los colonos judíos en los territorios palestinos es claramente superior en todos los usos del agua1. Actualmente, la gran consumidora de agua (alrededor del 50%) es la agricultura, pero, en un futuro próximo, la carestía será tal que el consumo doméstico y urbano forzosamente deberán pasar a un primer plano2. La ocupación israelí de los territorios palestinos es el factor determinante en la carestía palestina y en la desigualdad, por lo que un conflicto se mezcla con el otro. Esto se puede ver en la actualidad con toda claridad en la construcción del Muro del apartheid dentro de Cisjordania, que no solo separa a la población palestina de grandes parcelas de tierra, sino que también expropia pozos e importantes cantidades de agua a favor de las colonias.
El conflicto por los recursos hídricos de Palestina se presenta normalmente como un obstáculo importante en las negociaciones para acabar con la ocupación israelí. En ocasiones, principalmente en épocas de sequía, el agua se presenta como uno de los intereses fundamentales para los israelíes en los Territorios Ocupados. Sin embargo, un análisis detenido nos permite apreciar que esta visión es simplista y que la necesidad de agua para el bienestar de la población israelí o palestina no está directamente relacionada ni es causa de la ocupación israelí de territorios palestinos.
Para este análisis usaremos el concepto de complejo conflictual de Guillem Farrés. Desde su perspectiva, en la mayoría de las ocasiones no es posible limitar el análisis al conflicto superficial o más evidente, pues casi siempre nos enfrentamos a distintas competiciones relacionadas entre sí: "Así vemos que lo que considerábamos un conflicto internacional (o entre grandes grupos sociales) es un sistema formado por el conjunto de conflictos y relaciones de poder entre una multitud de actores implicados; nos referiremos a este sistema como complejo conflictual. (…) Debemos encontrar el conflicto dominante del complejo conflictual que, aunque en ocasiones no es el más visible, es el conflicto al que están sometidas las dinámicas de las demás relaciones de poder y conflictos del sistema, y afecta profundamente a la conducta de los actores. Desvelar la estructura de los conflictos de un complejo conflictual, e identificar el conflicto dominante parece clave para poder abordar la resolución de cualquier complejo conflictual."3
Para analizar el conflicto por los recursos hídricos, debemos pues evidenciar cuál sería el conflicto dominante en este complejo conflictual. En teoría, los conflictos por el agua responden a la necesidad de recursos hídricos que tienen los colectivos de población para dar respuesta a sus necesidades de bienestar (agua potable, alimentos, higiene, trabajo…). Sin embargo, si el objetivo real del agua disputada fuera el bienestar de la población, todos los técnicos coinciden en que la cooperación en la gestión de los recursos es esencial para llegar a la máxima eficiencia y aprovechamiento.4 La gestión de toda la cuenca y de todos los sectores relacionados con los recursos hídricos es esencial para afrontar los problemas de la carestía y dar respuesta a las necesidades de toda la población.
En el caso del agua de los acuíferos palestinos, es especialmente importante tener en cuenta las necesidades económicas y sociales, pues las diferencias en el desarrollo y en el consumo entre la población israelí y la palestina plantean necesidades muy desequilibradas. A Israel le es más fácil renunciar al agua de regadío por tener una economía mucho más rica y diversificada, con lo que se podrían liberar grandes volúmenes de agua para destinarlos a otros usos. Además, su capacidad para acceder a alternativas en el suministro es mayor que en el resto de corribereños.
Por ejemplo, con la desalinización5, Israel ya posee la tecnología necesaria, está dando un gran impulso al sector y, en términos relativos, el coste es mucho menor dada la enorme diferencia existente con el PIB de sus vecinos. Por otra parte, tanto el acceso al mar como al agua salobre es más fácil en Israel. Otras posibles soluciones serían redistribución entre usos, principalmente de la agricultura al consumo doméstico, industrial y urbano; importación de agua; redistribución entre territorios; mejora de las infraestructuras tanto de canalización como de reciclaje y aprovechamiento...
Sin embargo, lo que vemos al analizar el conflicto por el agua en Israel y Palestina, es que el conflicto dominante es la competición de las élites israelíes por el poder. El agua no es más que una excusa para mantener la ocupación, por lo que la solución del problema de la carestía y la respuesta a las necesidades de la población, tanto israelí como palestina, pasa por el mismo camino que la paz: que no haya élites israelíes que ganen manteniendo la situación de conflicto permanente.
1 Sobre la distribución de los recursos y el consumo, ver: ISAAC, J. y SABBAH, W., "The need to alleviate Palestinian fears of a dry peace," (Bethlehem: Applied Research Institute Jerusalem, 2009).; WORLD.BANK, Assessment of Restrictions on Palestinian Water Sector Development, Report No. 47657-GZ, Middle East and North Africa Region. Sustainable Development. The World Bank, 2009.; PALESTINIAN.MINISTRY.OF.NATIONAL.ECONOMY.&.ARIJ, The economic costs of the Israeli occupation for the occupied Palestinian territory, Bethlehem, West Bank, Applied Research Institute Jerusalem, 2011.; http://www.btselem.org/water/statistics
2 REJWAN, A., The State of Israel: National Water Efficiency Report, Planning Department of the Israeli Water Authority, 2011.
3 FARRÉS FERNÁNDEZ, G., "Poder y análisis de conflictos internacionales: el complejo conflictual", Revista CIDOB d'afers internacionals, 99, 2012. http://www.cidob.org/es/publicaciones/articulos/revista_cidob_d_afers_internacionals/99/poder_y_analisis_de_conflictos_internacionales_el_complejo_conflictual
4 Ver IZQUIERDO BRICHS, F. "El agua como factor de hostilidad y de cooperación en el ámbito internacional." En GUTIÉRREZ ESPADA, C. E. A., ed., El agua como factor de cooperación y de conflicto en las relaciones internacionales contemporáneas. XXII Jornadas de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, Murcia 20 al 22 de septiembre de 2007, Murcia: Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua, 2009.
5 Sobre la desalinización en Israel ver DREIZIN, Y., TENNE, A. y HOFFMAN, D., "Integrating large scale seawater desalination plants within Israel's water supply system", Desalination, 220, núm. 1, 2008.. Sobre el posible uso de la desalinización como mecanismo facilitador en la resolución de conflictos por el agua, ver LARSON, R., "Innovation and International Commons: The Case of Desalination Under International Law", Utah Law Review, Forthcoming, 2012..