Tribuna

Las Constituciones y la Paz

Christophe Barbey
Abogado y trabajador por la paz. Coordinador de APRED (Instituto participativo para el progreso de la paz)
Christophe Barbey

Christophe Barbey

Las constituciones son localmente universales. Expresan nuestros ideales. Muchas veces son un elemento de unión. En la medida de sus posibilidades, moderan el uso del poder de manera que se asegure su ejercicio a favor de todas las personas. La palabra "paz" está presente en la mayoría de las constituciones1. Sin embargo, demasiado a menudo, aparece tan sólo en el preámbulo o únicamente hace referencia a los poderes en el marco de la guerra, al respeto del orden público o a los "juzgados de paz2.". No obstante, a medida que las constituciones se revisan más, y con mucha frecuencia no mediante el voto popular, la paz va avanzando en nuestros textos fundamentales, asegurando que tanto la gente como sus instituciones tengan al alcance más instrumentos que aseguren el establecimiento o mantenimiento de la paz. Ahora mostraré donde y para qué propósitos la paz está presente, o se puede añadir, en nuestras constituciones.

Los preámbulos son un buen lugar en el cual afirmar lo que la gente pretende a través de su constitución. Recuerdan la dimensión simbólica de la paz y la pueden señalar como uno de los valores que gobiernan un país. También pueden expresar la paz como elemento de unión y conciliación, en el sentido de admitir las diferencias políticas y sociales que la constitución encarará más tarde para regular pacíficamente el debate político. La paz también se tendría que incluir en preámbulos porque ofrece la única solución sostenible a los conflictos. Sin embargo, como los preámbulos son de una naturaleza ejemplarizante, se necesitan maneras más concretas de avanzar en la paz. Normalmente, las constituciones afirman los principios rectores y la forma del estado y sus modos de acción. Como parte del estado de derecho y del sistema democrático, la paz podría ser tenida en cuenta en todas las actividades estatales, de la misma manera que se tiene en cuenta - o que se tendría que tener - la igualdad de género o la conservación de los recursos naturales. Añadiendo la paz a los requisitos básicos de la acción gubernamental se afirma la necesidad de relaciones armoniosas entre el estado y la población, así como entre todos los elementos de la sociedad.

Un ejemplo reciente se puede encontrar en la nueva constitución del lado suizo de Vaud que estipula: "En todas sus actividades, el Estado velará para que la justicia y la paz prevalezcan. Dará apoyo a la prevención de los conflictos"3. Un ejemplo diferente de paz que gobierna todas las actividades estatales lo tenemos en el gran volumen de jurisprudencia desarrollada por la Corte Suprema de Costa Rica, un país que carece de ejército.

Las constituciones normalmente contienen un catálogo de derechos humanos. ¿La paz se puede considerar un derecho humano y, si es así, bajo qué propósito? Todo el mundo tiene el derechodret de vivir en paz. Eso es sólo una aserción más contundente sobre el derecho a la seguridad concedida en todo ordenamiento jurídico. El derecho humano a la paz promueve la convivencia pacífica, el diálogo en vez del enfrentamiento, y soluciones pacíficas para muchos, si no todos, los conflictos. Su inclusión aseguraría que el estado publicara informes regulares sobre el progreso de la paz tanto en sus propias actividades como en la sociedad globalmente, y establecería el derecho de ejercer control judicial sobre cualquier uso de la fuerza. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas está trabajando en el concepto, con una aproximación original, afirmando que el derecho a la paz se tendría que expresar a través de estándares medibles de paz. Cualquier nueva constitución que incluyera la paz como un derecho humano avanzaría en esta manera de entender el progreso.

Las disposiciones que regulan los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, a veces incluyen especificidades relativas al federalismo, son mecanismos pensados para asegurar el pacífico funcionamiento de las instituciones. Se pueden mejorar añadiéndose al sistema democrático procedimientos de construcción del consenso más efectivos y más derechos de participación democrática, por ejemplo creando o ampliando el derecho de la población para la convocatoria de referéndums.

Si la paz es un derecho humano y un principio rector de las actividades del estado, entonces el estado tiene que dar a sus habitantes y a su personal los medios con el fin de aprender a cómo vivir en paz. Por lo tanto la paz tiene que ser enseñada, practicada y estudiada a las escuelas, desde los niveles más bajos hasta la enseñanza superior. Eso también se puede garantizar a la constitución.

Pero como, no obstante, a veces los conflictos surgen, los métodos de resolución pacífica de conflictos tienen que estar al alcance de la población y de sus autoridades: los métodos tradicionales o locales de resolución pacífica de conflictos, la mediación u otros mecanismos de resolución de disputas, así como instituciones como los Defensores del Pueblo que aparecen regularmente en las constituciones.

Pero eso puede ser insuficiente, se necesitan también políticaspolítiques para la prevención de la violencia. La obligación del estado de evitar pacíficamente la violencia y de asegurar el orden público es una misión constitucional. Haciéndolo así el estado funciona como ejemplo de paz para la población.

Si no obstante la prevención falla, el uso de fuerza para restaurar la paz puede llegar a ser necesario. Para evitar abusos y limitar los daños, el uso de fuerza tiene que estar fuertemente regulado. La constitución de 2012 del estado suizo de Ginebra ofrece un buen ejemplo de qué se puede hacer: "En situaciones de conflicto, prioritariamente tiene que evitarse el uso de la fuerza, o al menos ser limitado. Las personas afectadas tendrán" que "participar"4.

¿Podemos imaginar relaciones internacionales sin paz? Algunos países prohíben la guerra en su constitución5. La Carta de las Naciones Unidas también prohíbe la guerra6, así de alguna manera todos los países tendrían que prohibir la guerra. Algunos países prohíben la existencia del ejército7, o de armas nucleares. Otros países han hecho de la paz un prerrequisito para la cooperación internacional. Y muchos otros han reafirmado que la coexistencia pacífica de la población es un principio general de derecho internacional.

La paz es un regalo humano, una necesidad humana y la expresión de nuestra creatividad en la voluntad de alcanzar una mejor calidad de vida. Todos nosotros nos relacionamos con una constitución concreta, y teóricamente, todos nosotros tenemos alguna cosa qué decir respecto de su contenido. También tenemos que aportar sobre el futuro de la humanidad, sobre qué es lo que queremos para nosotros, para nuestros países, para nuestras instituciones. Suponiendo que deseásemos un futuro sostenible y por lo tanto un futuro pacífico, podemos empezar mejorando la presencia de la paz en nuestras constituciones.



1 174 de los 187 examinados (16.10.2013). www.constituteproject.org

2 Jurisdicciones menores que se dan en determinados ordenamientos

5 Japón, Italia, Bolivia y Ecuador.

6 Artículo 2, § 3 y 4, por deducción y art. 51 por limitación.

7 Costa Rica, Kiribati, Panamá y Liechtenstein.