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Acción Noviolenta en la cumbre de la OTAN

Carlos Pérez Barranco
Alternativa antimilitarista - MOC- Valencia
Carlos Pérez Barranco

Carlos Pérez Barranco

Un centenar activistas procedentes de Portugal, España, Finlandia, Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Polonia y Suecia bloquearon el sábado 20 de noviembre por la mañana una de las vías de acceso para los delegados y funcionarios oficiales que participan en la cumbre de la OTAN en Lisboa. Con cadenas y candados atados a sus cuerpos intentaron retrasar la cumbre para denunciar la política de la alianza atlántica. Al mismo tiempo, activistas se arrojaron pintura roja por encima para representar las víctimas causadas por las intervenciones de la OTAN. Los activistas bloquearon uno de los principales cruces de calles alrededor de la zona de seguridad hasta que la policía intervino deteniendo a 42 personas.

En estas acciones participaron activistas participantes en el campamento anti-OTAN organizado por el grupo portugués CAGA, que acogió a centenares de activistas europeos e internacionales. Según Jorge Paulo Antunes, de CAGA, "utilizamos la desobediencia civil para señalar la violencia cometida por la OTAN en Afganistán. Se reúnen hoy aquí para perfeccionar su arsenal de destrucción. Es importante manifestarse, pero creemos que no es suficiente. Con nuestra acción, utilizamos nuestros cuerpos para obstruir su maquinaria de guerra."

La presencia de acciones de desobediencia de este tipo es algo nuevo en Portugal, habiendo surgido gracias a la creciente coordinación entre grupos pacifistas y antimilitaristas europeos. Esta coordinación ya permitió la organización de acciones de desobediencia a gran escala como la invasión del cuartel de la OTAN en Bruselas en el 'NATO Game Over' de 2008 o los bloqueos de la cumbre de la OTAN en Estrasburgo en 2009. De esta manera, grupos como Alternativa Antimilitarista - MOC en el Estado Español, Vredesactie en Bélgica, OFOG en Suecia, 'Non au missile M51' en Francia o la Internacional de Resistentes a la Guerra llevan tiempo en contacto con CAGA para la preparación de acciones de desobediencia civil en Portugal, fomentando el creciente interés por parte de activistas lusos en organizar este tipo de acciones.

Además de las acciones de desobediencia, por la tarde, millares de personas (8.000 según la prensa portuguesa) participaron en la manifestación convocada contra la cumbre. La manifestación, convocada por diferentes organizaciones y sindicatos portugueses, en su mayoría ligadas al Partido Comunista Portugués y el Bloco de Esquerda, no estuvo exenta de polémica debido a la negativa de estos de permitir la participación de los activistas organizados en torno al campamento anti-OTAN y convocados por la Plataforma antiguerra y anti-OTAN (PAGAN, por sus siglas en portugués). Finalmente, la policía permitió que este grupo de activistas se unieran al final de la manifestación, siempre con una barrera de antidisturbios entre estos y la misma. Al finalizar la manifestación, un grupo de unas 400 personas participaron en una concentración de solidaridad con los detenidos, finalizando con una pequeña marcha por la ciudad con un grupos de samba y de payasos. Además, unas decenas de personas se concentraron delante del centro de detención donde se había enviado a los detenidos hasta su liberación a media noche. La acusación quedó finalmente en una falta leve por desobediencia, y los abogados añaden que es posible que la acusación no salga adelante, debido a irregularidades cometidas a la hora de la detención.

A pesar de la gran cantidad de medios portugueses que alertaron de la amenaza de que se produjeran disturbios en la ciudad como sucedió en la anterior cumbre de la OTAN en Estrasburgo, las protestas fueron pacíficas. Durante las semanas previas a la cumbre, medios portugueses relacionaron a los grupos participantes en el campamento anti-OTAN con el denominado 'black bloc'. Como respuesta, desde el campamento se organizaron durante toda la semana acciones de calle que demostraron el carácter noviolento de las protestas, incluyendo un entrenamiento público en una céntrica plaza de Lisboa en el que se enseñaban técnicas básicas para llevar a cabo acciones de desobediencia civil, un simulacro de bombardeo frente en la conocida estación de Rossio, campos de cruces, tintado en rojo de una fuente, y pintadas en las empresas que colaboraban con la organización de la cumbre de la Alianza.