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El mètode de la noviolència

Aldo Capitini. El mètode de la noviolència. Institut Català Internacional per la Pau; Pagès, 2010. Col·lecció Noviolència i lluita per la pau, 2.

Aldo Capitini creía en la primacía de la práctica directa como divulgador valiente de una concepción activa y positiva de la noviolencia. Por esta causa estuvo dos veces en prisión durante el fascismo y por también por eso promovió en 1961 la Primera Marcha por la Paz de Perugia en Asís. Se trata de un buen ejemplo de cómo hacer política, influyendo en las relaciones de poder a través del método noviolento, pero sin necesidad de estar adscrito a ningún partido.

Como filósofo, resulta muy sugerente y también innovador, al proponer conceptos como la copresencia, que amplía el campo de nuestra responsabilidad moral de seres pensadores hasta incluir a todo el mundo —los muertos, los vivos, los que vivirán, las generaciones futuras, los animales no humanos, todo aquello que vive—. Con un lenguaje claro, a veces poético, expresa este sentido religioso de la copresencia de los vivos y de los muertos y del respeto hacia todos los seres vivientes.

Este libro, que muestra técnicas individuales y colectivas de la noviolencia, pone especial énfasis en la necesidad de entrenamiento para que, cuando llegue el momento de utilizarlas, no nos encuentre desprevenidos. Se incluyen asimismo ejemplos de casos exitosos, al tiempo que se reivindica una realidad que nos pasa desapercibida demasiado a menudo: el método de la noviolencia funciona.

Para Capitini, el método noviolento es la expresión práctica de la concepción poética y religiosa de la copresencia, cuyos medios y fines coinciden plenamente, como recuerda Giuliano Pontara en la introducción de esta primera edición catalana: "La violencia, por más revolucionaria que sea, aplana el camino a los tiranos". Una lección de la historia.

La noviolencia, en cambio, se rebela contra la pasividad de la no violencia. Es una revolución permanente, una lucha continua contra el adoctrinamiento destructor de la autonomía y del sentido de identidad de la persona (transmutación personal). Y también de transformación de las estructuras y de las instituciones. Contra la guerra y contra el militarismo, contra el dogmatismo y contra la violencia intrínseca al fundamentalismo del mercado, contra las dictaduras, contra la corrupción y contra la esclerosis política y religiosa. Recordemos que Capitini era italiano. Y recordemos también que muchas voces han alertado de una italianización de los sistemas políticos, incluido el catalán. Recordémoslo para entender la actualidad de una obra como ésta en el contexto que nos es más próximo.

J. A.